Bien que nos digan que si no tenemos el corta-canapes con formas de estrellitas tendremos un serio conflicto matrimonial ante una cena inesperada...bien que graffitearnos cada mañana con el desodorante XXX atraerá a las mejores hembras de la 5th Avenue...e incluso que usando el champú xxx la ducha se convierta en un multiorgasmo....vale.....lo que no concibo ni tolero es que para no ser paleto, cateto ni hortera, que para cumplir con el patrón más cool, fashion metro y ubher-sex tenga que pagar 230 euros para que un/a imbecil que gusta llamarse "SHOOPER" me acompañe de tiendas y elija por mí el vestuario....el que más me va, el que reslata mis virtudes o enmascara mis defectos....físicos, obvio.
Siempre he sido consciente de que el capitalismo salvaje vende productos para necesidades que ellos mismos han generado, y siguen generando, pero este profesiopnal cualificado en ir de tiendas raya el más absoluto paroxismo, anula cualquier principio de la autonomía de la voluntad, de la decisión, del gusto y del criterio personal...e intransferible, como debiera ser.
Que una cosa es que mi mujer me compre las camisas o corbatas a lo que ella cree que es "mi gusto"... y que puntualmente yo intente sorprenderle con algun trapillo que presumo será de su agrado (algo que indefectiblemente me obliga a visitar de nuevo la tienda -esta vez con ella- por si acaso le gustara más otro modelo)
pero de ahí a dejarme acompañar por un@ extrañ@...¡¡de tiendas¡¡¡ que me dé veinte pantalones, camisas, etc que además debo probarme y pagar y que TENGA QUE PAGAR 230 euros por ello para saber que al criterio de ese desconocid@ voy "fashion-cool-metro o ubher sexual" ..eso es artificio, necedad y una "perfecta ghilipollez", como bien pudo haber apostillado C.J.Cela hasta que decidió dejarse acompañar por una de esas shopper con la que finalmente se casó.
