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Del confidencial digital

Última respuesta: 13 de abril de 2004 a las 9:20
A
alazne_8878421
13/4/04 a las 9:12

Con Lupa - Jesús Cacho
LOS MADRILEÑOS SUPERAN EL 11-M EN CULLERA. EL PRÍNCIPE Y SU NOVIA LO HACEN EN BAHAMAS, CON LÍO DIPLOMÁTICO INCLUIDO


Cientos de miles de españoles han aprovechado las cortas vacaciones de Semana Santa para tomarse un respiro tras las intensas emociones vividas en los últimos tiempos. La gente se ha echado a la carretera dispuesta a olvidar por unos días la intensidad de la tragedia del 11-M y su epílogo de Leganés, por no hablar de la jornada electoral intermedia.

La inmensa mayoría ha tratado de superar el trago en la costa mediterránea, que no están los bolsillos para mayores dispendios, y en el ambiente flota el reflejo condicionado a moderar el consumo que suele acompañar a dramas como los vividos. Los madrileños se han ido a Cullera, que es donde suelen ir, mientras el Príncipe Felipe y su fiancée, Letizia Ortiz, se han ido a Bahamas, que aún hay clases.

De ello nos hemos enterado los españoles por un incidente diplomático que el 36-year-old Prince Felipe de Borbón and his beautiful bride-to-be, Letizia Ortiz, 31, a well-known TV newscaster, y sus cuatro escoltas, protagonizaron el pasado jueves en el aeropuerto internacional de Miami (MIA), al negarse a que sus maletas fueran revisadas por los agentes de seguridad como las de todo hijo de vecino, o las de any Average Joe, en expresión del Miami Herald del sábado 10 de abril.

Seguramente la pena del Príncipe Felipe y su novia es tan grande que necesita ser superada en lugar tan caro y paradisíaco, tan elitista, como las islas Bahamas, aunque lo cierto es que la pareja ha viajado más que el baúl de la Piquer desde que se anunciara el real compromiso, viajes de los que, en su mayoría, no hemos tenido noticia por la ausencia de incidentes como el de Miami.

De acuerdo con la periodista Luisa Yánez, del Herald, miembros del entorno del Príncipe calificaron de insulto y de humillación la exigencia de los agentes de aduanas del MIA de inspeccionar sus equipajes, olvidando que en países como Estados Unidos la ley es igual para todos, y todos están obligados a cumplir la ley, porque allí no suele dar resultado el celebérrimo y españolísimo no sabe usted con quién está hablando...

Hay, sí, también en los USA, unas normas de protocolo para estos casos que precisan de una serie de formalidades previas (El Departamento de Estado exige notificación con 72 horas de adelanto) que, según el Herald, no se cumplieron por parte del protocolo del Príncipe, que avisó de su tránsito por el MIA, procedentes de Nassau, Bahamas, con apenas 6 horas de antelación.

Somos vuestros aliados, llegó a gritar uno de los hispanos en un momento particularmente tenso de la confrontación. Ni por esas. Según Lauren Stover, portavoz de la Transportation Security Administration en Miami, los policías estaban simplemente haciendo su trabajo. El Príncipe y sus guardaespaldas reclamaron que ellos no estaban sujetos al cacheo, pero, a menos que vinieran acompañados por un funcionario del Departamento de Estado o del Servicio Secreto, lo estaban. It's the law.

Lo más alucinante de un caso alucinante es que la compañía Iberia haya anunciado su intención de estudiar su traslado a Ciudad de Panamá como aeropuerto base para sus operaciones latinoamericanas. Todo cuando el entero asunto es muy sencillo: se trata de que en Estados Unidos todo el mundo, incluido los Príncipes herederos de casas reinantes europeas, y sus novias, tienen que cumplir la ley.



Ver también

A
alazne_8878421
13/4/04 a las 9:16

De hispanidad
Por lo breve
La austeridad de don Felipe y doña Letizia y la transparencia económica de la Casa Real
Y es lo que se preguntan tantos. Los aduaneros estadounidenses han tenido la grosería de revisar las maletas del heredero al trono de España y de su novia en el Aeropuerto de Miami, bajo el principio de que no pueden hacer excepciones: ¿Habrían hecho lo mismo con las maletas del presidente chino o del Príncipe Abdulá de Arabia Saudí?).



Pero, ahí no acaba la cuestión. El Príncipe y su prometida hacían escala en Miami procedentes de las Bahamas, de donde habían llegado en un avión privado, acompañados de tripulación y cuatro guardaespaldas. Y es para preguntarse qué hace SAR (¿era el avión de Gustavo Cisneros? Espero que no. Sería el colmo.) utilizando un avión privado para un viaje con la novia a las Bahamas. Y si de despedida de soltero hablamos, pues más peor: además de una horterada, a tres semanas del 11-M no se organiza un sarao semejante al otro lado del Atlántico. Porque, vamos a ver, doña Letizia Ortiz es la futura Princesa de Asturias e incluso futura Reina de España. Ahora bien, por el momento es, lo que se dice, nada: sólo futura. Bueno sí, hablamos de ella con un título meramente honorífico, casi protocolario, en tanto que prometida del Príncipe. Pero significa eso: un título que no es más que un prefacio de un futuro no realizado.



Entonces, ¿por qué tenemos que pagarle un viaje a las Bahamas, y otro a Suiza, y vaya usted a saber cuántos más, en aviones privados? ¿Y por qué tiene que vivir en la Zarzuela, residencia oficial de los Reyes de España y del Príncipe heredero? Que viva en su casa hasta que contraiga matrimonio, que es lo que jurídicamente (no moralmente, sino jurídicamente) le otorgará la capacidad de disponer del patrimonio de la Casa Real, donado por el pueblo español a través de sus impuestos. Antes, no. Y si quiere viajar que lo haga en Iberia (precisamente era un vuelo de Iberia el que iban a coger en Miami, pero no el que les traía de desde las exóticas Islas Bahamas).



Y ya puestos, tampoco se entiende muy bien la vida dispendiosa de SAR, Felipe de Borbón, por mucho derecho que tenga a ello. Por lo general, los novios españoles se pasan el tiempo haciendo cuentas para poder pagar la entrada de un piso. Pues eso. Al final, en España habrá que dilucidar si se amplía el presupuesto oficial de la Casa Real (lo que probablemente resultará adecuado) y se tapona cualquier aportación privada a los gastos de la Monarquía. Repetimos: cualquier aportación privada. Eso sí, si se amplía la asignación a la Monarquía, aportación surgida de los impuestos que pagan los españoles, lo lógico es que sean estos, los españoles, quienes tengan derecho a saber en qué se gasta su dinero. O sea, un poco de transparencia, la asignatura pendiente de la Monarquía española.



Respecto a la futura Reina de España. Es sabido que lo que pierde a muchas mujeres es la obsesión por ser el centro de atención de quienes le rodean. Doña Letizia asistió junto al resto de la Familia Real, el pasado domingo 11, a la Misa de resurrección oficiada en la Catedral de Palma de Mallorca. Quizás no era el momento de ir ataviada de aquellas maneras. Esta chica todavía no ha aprendido a saber estar.

A
alazne_8878421
13/4/04 a las 9:20
En respuesta a alazne_8878421

De hispanidad
Por lo breve
La austeridad de don Felipe y doña Letizia y la transparencia económica de la Casa Real
Y es lo que se preguntan tantos. Los aduaneros estadounidenses han tenido la grosería de revisar las maletas del heredero al trono de España y de su novia en el Aeropuerto de Miami, bajo el principio de que no pueden hacer excepciones: ¿Habrían hecho lo mismo con las maletas del presidente chino o del Príncipe Abdulá de Arabia Saudí?).



Pero, ahí no acaba la cuestión. El Príncipe y su prometida hacían escala en Miami procedentes de las Bahamas, de donde habían llegado en un avión privado, acompañados de tripulación y cuatro guardaespaldas. Y es para preguntarse qué hace SAR (¿era el avión de Gustavo Cisneros? Espero que no. Sería el colmo.) utilizando un avión privado para un viaje con la novia a las Bahamas. Y si de despedida de soltero hablamos, pues más peor: además de una horterada, a tres semanas del 11-M no se organiza un sarao semejante al otro lado del Atlántico. Porque, vamos a ver, doña Letizia Ortiz es la futura Princesa de Asturias e incluso futura Reina de España. Ahora bien, por el momento es, lo que se dice, nada: sólo futura. Bueno sí, hablamos de ella con un título meramente honorífico, casi protocolario, en tanto que prometida del Príncipe. Pero significa eso: un título que no es más que un prefacio de un futuro no realizado.



Entonces, ¿por qué tenemos que pagarle un viaje a las Bahamas, y otro a Suiza, y vaya usted a saber cuántos más, en aviones privados? ¿Y por qué tiene que vivir en la Zarzuela, residencia oficial de los Reyes de España y del Príncipe heredero? Que viva en su casa hasta que contraiga matrimonio, que es lo que jurídicamente (no moralmente, sino jurídicamente) le otorgará la capacidad de disponer del patrimonio de la Casa Real, donado por el pueblo español a través de sus impuestos. Antes, no. Y si quiere viajar que lo haga en Iberia (precisamente era un vuelo de Iberia el que iban a coger en Miami, pero no el que les traía de desde las exóticas Islas Bahamas).



Y ya puestos, tampoco se entiende muy bien la vida dispendiosa de SAR, Felipe de Borbón, por mucho derecho que tenga a ello. Por lo general, los novios españoles se pasan el tiempo haciendo cuentas para poder pagar la entrada de un piso. Pues eso. Al final, en España habrá que dilucidar si se amplía el presupuesto oficial de la Casa Real (lo que probablemente resultará adecuado) y se tapona cualquier aportación privada a los gastos de la Monarquía. Repetimos: cualquier aportación privada. Eso sí, si se amplía la asignación a la Monarquía, aportación surgida de los impuestos que pagan los españoles, lo lógico es que sean estos, los españoles, quienes tengan derecho a saber en qué se gasta su dinero. O sea, un poco de transparencia, la asignatura pendiente de la Monarquía española.



Respecto a la futura Reina de España. Es sabido que lo que pierde a muchas mujeres es la obsesión por ser el centro de atención de quienes le rodean. Doña Letizia asistió junto al resto de la Familia Real, el pasado domingo 11, a la Misa de resurrección oficiada en la Catedral de Palma de Mallorca. Quizás no era el momento de ir ataviada de aquellas maneras. Esta chica todavía no ha aprendido a saber estar.

De confidencial digital
EN EXCLUSIVA
EL PRÍNCIPE Y LETIZIA ORTIZ FUERON INVITADOS DE VACACIONES EN LA ROMANA, EL LUJOSO COMPLEJO HOTELERO DOMINICANO DE SU AMIGO `PEPITO FANJUL


El incidente ocurrido el pasado fin de semana en la aduana del aeropuerto de Miami descubrió la escapada secreta del Príncipe Felipe y su prometida Letizia Ortiz. La pareja regresaba de las islas Bahamas después de disfrutar de unos días de asueto junto a un nutrido grupo de acompañantes, tras haber sido invitados al lujoso complejo turístico de La Romana (en la zona este de República Dominicana), propiedad de la rica y poderosa familia de origen cubano Fanjul.

El vicepresidente de este paradisíaco resort, centro de operaciones de la estancia caribeña, es Pepe Fanjul, Pepito para los más allegados, condición con la que distingue al Príncipe de Asturias y a algún otro ilustre del entorno de Zarzuela, como Alfonso Fierro. Nacido ya en EEUU, como su hermano Alfonso, y heredero del emporio familiar azucarero que les ha hecho multimillonarios, Pepito Fanjul es uno de los destacados del club de amistades de su alteza en Nueva York, como aseguran fuentes de la aristocracia madrileña.

El Príncipe y Letizia viajaron hasta Santo Domingo en vuelo de Iberia -primera clase- acompañados de los cuatros guardaespaldas de rigor y varios amigos hace más de una semana. En tierras caribeñas esperaban otras de las amistades habituales, como los Fuster, que habían abierto camino. Al final, entre la comitiva de acompañantes figuraban rostros conocidos como el del piloto Carlos Sainz, la pareja Javier Merino y Mar Flores, que volaron desde Paris, junto a Laura Ponte, y alguna de las hermanas de la propia Letizia.

Una vez instalados, el grupo organizó un crucero por las cálidas aguas tropicales con parada y fonda en la isla de Nassau (Bahamas), para luego volver a La Romana. Este exclusivo enclave es frecuentado por ricos de la talla de Bill Gates -que la semana pasada dejó ver por allí su yate, de 103 metros de eslora- el venezolano Gustavo Cisneros, Bill Clinton o George Bus padre, entre otros. Un placer reservado para bolsillos capaces de comprar villas de hasta 5,5 millones de dólares.

La cortesía de los anfitriones hizo que la pareja de futuros reyes disfrutara del avión privado de la familia Fanjul para trasladarse a Miami, de manera que pudieran prolongar durante un día más el crucero y no tuvieran que regresar a Santo Domingo para tomar el vuelo que les llevaría de regreso a Madrid, como estaba previsto en un principio.

Según las fuentes consultadas por este diario, el cambio de planes fue el motivo por el que no se remitió comunicado alguno a las autoridades aduaneras ni a la embajada española. Mientras, los amigos reales continuaron con el crucero y volvieron a Santo Domingo, donde al parecer permanecieron hasta el domingo.

Fuentes próximas a la pareja niegan que el Príncipe y doña Leticia viajasen con un grupo de treinta o cuarenta personas con destino a Bahamas, sino sólo con dos personas más, íntimos de la pareja, invitados por un amigo cuyo nombre no se ha desvelado. El error de asociarles a un grupo de acompañantes nace por el hecho de haber coincido en Miami, según estas fuentes, con un gran número de españoles, entre los que se encontraba Carlos Sainz.

En el Palacio de la Zarzuela prefieren guardar silencio. Se trata de un viaje privado del Príncipe y, según fuentes allegadas a la Casa Real, los servicios de la misma no tienen la menor intención de salir al paso de las informaciones publicadas. Tan sólo, reconocer que la pareja está muy contrariada por las versiones falsas que han circulado en torno al viaje.

http://www.elconfidencial.com/noticias/indice.asp?-noticia=2&fecha_d=13/04/2004&dia_s=Martes&psw=



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