La robin hood feminista que habría que hacerle "una calle y una estatua", según clara serra, tiene a una desgraciada madre que tiene su habitación bajo llave por su seguridad. La mujer recibe una paga de 400 euros de la generalitat, pero tiene que pagar 2000 por la sustracción de los aparatitos (aunque logró devolver 20), una hija que le roba hasta la colonia y el aire acondicionado de la casa, para venderlo, pues es adicta a las drogas, tiene medicación contra la esquizofrenia y se agrava al mezclarlo con alcohol. Después de este robo le llega denuncia por trafico de drogas por valor de 700 euros. No les llega para comer y tiene que pagar todos los gastos que le provoca la hija en tratamiento psiquiátrico. Con desesperación pide su inhabilitacion y su ingreso en alguna institución, quizá la relevancia y la risa que han provocado en algunas feministas el robo de estos satisfayers, al final, sea productivo y ayude a esta madre a lidiar con su hija enferma.
Qué triste que con las cosas que pasan en este mundo, haya personajas como las hermanas serra que pretenden hacer monumentos a enfermas mentales y coronarlas como ídolas feministoides. Lo bajo que han caído.
