Con más imprevistos de los pensados y un set perdido por el camino, Rafael Nadal logró su primer triunfo como olímpico, superó al italiano Potito Starace y progresó hacia la segunda ronda de Pekín 2008, donde le espera el australiano Lleyton Hewitt, si solventa su compromiso con el veterano sueco Jonas Bjorkman. El español, que tuvo una presencia testimonial en Atenas 2004, donde sólo disputó el dobles y no superó, siquiera, el primer partido, alimentó su leyenda con el triunfo sobre el cemento de la cancha principal de Pekín. Ya posee una victoria en unos Juegos Nadal, que tardó casi dos horas en resolver el partido que abrió la segunda jornada de la competición de tenis. Con permiso del tiempo.
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