El TSJC condena a Mas, Rigau y Ortega a penas ridículas de inhabilitación y descarta la prevaricación. Lo previsto en la farsa, ¿¿no??. Vamos, que Pigdemont ya sabe que puede desobedecer al Tribunal Constitucional cuanto quiera, porque no pasa nada de nada por hacerlo. Qué panda de sinvergüenzas. Todos, incluidos los jueces.
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azhar_7402329
14/3/17 a las 12:39
No ha habido crudeza, sino prudencia, cordura, sentido político y proporcionalidad. Así que la justicia es sensible a las circunstancias que la rodean, no como antaño, en la que el hambre no era eximente del robo de la gallina. Y ahora, eso de dura lex no es más que una marca de vasos.