Él no cambia nunca de chaqueta: el felipismo paga muy bien
Ramoncín, al parecer, es un periodista. Esa es la conclusión a la que un servidor llega, pues no le conocemos otra actividad que la de pontificar en distintos medios de comunicación e ir a dar pregones a las fiestas de los pueblos (actividad noble, pero que creemos que le es encomendada precisamente por aparecer en la tele y en la radio). Tengo, no obstante, algunas dudas, pues no sé si ir a los concursos para famosillos y soltar diatribas contra el PP en la SER es suficiente. Dado cómo está el panorama en España lo daremos por bueno.
Inicialmente, Ramoncín era cantante rock. Se llamaba a sí mismo el Rey del Pollo Frito y se caracterizaba por su falta de complejos al exhibir sus carencias. Con esta carta de presentación se hizo el amo de la movida madrileña. De esta época le queda a nuestro periodista ese colegueo que le caracteriza (algunos maledicentes dicen que de esa misma época conserva también algún que otro hábito contra el que luchan muchas fundaciones, lo que, aunque explicaría muchas cosas, no creemos en tanto no se aporten pruebas ya que hay otros factores congénitos que también aclaran estos extremos). Sin embargo, Ramoncín ha sabido crecer y evolucionar porque, atención, nos encontramos ante un intelectual. Así que en justa recompensa a su participación en mítines electorales la TVE del PSOE le permitió hacer un programa de televisión, Lingo en prime time en La 2 (ya dijimos que estamos ante un intelectual). En este programa Ramoncín demostraba que él era más colega que nadie pero igualmente sus dotes para manejar con soltura palabras de HASTA CINCO (5) LETRAS.
Tras la llegada del nuevo franquismo a España Ramoncín fue represaliado (como tantos intelectuales a los que no se les perdonó la fe republicana) y hubo de exiliarse al plácido México de los 90 para exprofesionales (¿) de TVE: el grupo PRISA. Desde entonces Ramoncín nos ilustra semanalmente en la SER sobre lo divino y lo humano, pero dejando siempre claro que por un lado están los buenos y por otro los malvados fascistas que sólo desean destruir lo que con tanto trabajo él ha construido: una sociedad libre y más culta. Gracias, Ramón.
http://www.lapaginadefinitiva.com/television/perio-distas/ramoncin.htm