Aquí mucha promesa subida de tono que primero se llama cheque de 400 euros y después se queda en reducción de impuestos;...
mucha pamplina de electoralismo barato de que si él te sube 150 yo te subo 200, y mucha coña marinera pero lo cierto es que todavía no hemos quitado la página de enero del calendario y la gente corriente, quienes trabajamos como negros para llegar malamente a final de mes, ya perdemos dinero otra vez. Aún en el supuesto de que hayamos tenido suerte y el 1 de enero nos hayan subido el sueldo o las pensiones el 4,2 por ciento que ha subido el IPC, como según una cosa que se llama indicador adelantado del IPCA que elabora el INE, enero termina con una tasa de inflación del 4,4 por ciento, dos décimas más que el mes pasado y la inflación más alta desde hace 11 años, hoy con nuestro sueldo vivimos ya peor que hace sólo 30 días, porque el sueldo ya no vuelve a subir hasta el año que viene, si es que lo hace, pero los precios que no están por la labor de echar el freno, han vuelto a salirse de madre. Y eso que hace solo un par de semanas, los lumbreras del Ministerio de Economía decían que la subida del IPC es casual y que por eso los sueldos deberían subir menos. Pues si nos los llegan a subir menos, tendríamos que estar todos pidiendo limosna en la entrada del Congreso, del Senado, de la Moncloa, de los ministerios o de otras sedes oficiales varias, que es en los únicos sitios dónde cobran una pasta y manejan dinero a espuertas. En esos lugares frecuentados exclusivamente por políticos, es dónde nunca se enteran de cómo están los precios, porque como ellos tienen sueldos muy por encima de sus merecimientos y si no les llega, se los suben hasta dónde haga falta, maldito lo que les importa que la leche se haya convertido en un artículo de lujo o que el pan se esté poniendo a la altura del caviar para las economías familiares. Pues con las cosas así, más pobres que las ratas y mirando todo el día el céntimo para poder comer todos los días, encima tenemos que soportar que el gobierno siga a su bola, haciéndose el tonto o demostrando lo tonto que es, mientras hace bromitas con la recesión diciendo que hablar es de crisis es de cenizos y que en todo caso la culpa de que suban los precios la tiene el petróleo. Dejando a un lado el hecho de que cenizo será quién por ignorancia o mala fe o por ambas juntas ha propiciado que nuestra economía sea un desastre, el petróleo sube igual para nosotros que para los franceses o los alemanes, por ejemplo, por lo que si a todos ellos les va de cine y la inflación les sube menos que en España y se les queda en el 3,2 frente a nuestro 4,4, ¿no será que aquí nos sobran tarugos empecinados en negar la evidencia?. Está claro... los precios están por las nubes y todo sube muchísimo más que nuestros sueldos, pero a usted ni se le ocurra quejarse, oiga, porque para eso dice Solbes que aquí no hay crisis, ni recesión, ni nada. Pues si aquí y ahora no hay crisis, ¡que Dios nos coja confesados cuando la haya!. Si no fuera porque el ministro tiene un ojo enfermo de verdad, tendríamos que recordarle que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Desgraciadamente la cosa y la crisis, no están para bromas.
ANA LUISA POMBO