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Sobre cómo dejé de ser perroflauta

Última respuesta: 24 de agosto de 2018 a las 21:46
E
electo_7298240
23/8/18 a las 10:19

Yo era un tierno joven de 24 años con el doctorado recién conseguido (acabé los estudios en tiempo record como ya he contado en más de una ocasión por aquí y con profundos ideales perroflautas, ya se empezaban a ver inmigrantes por aquel entonces aunque no en la medida que se verían después. me aconsejaron para hacer méritos y poder obtener un puesto de profe que me apuntara a una expedición arqueológica a Jujuy, Argentina, con un equipo multidisciplinar en el que iríamos arqueólogos, biólogos, geografos, químicos y linguístas. Se trataba de una expedición conjunta de mi Uni con la la Universidad de Córdoba (Argentina).

Íbamos a estar el mes de Julio a una pequeña localidad de Jujuy colindante con la frontera boliviana, en el territorio de los indios colla (no SLK, no eran catalanes estos indios).

La verdac que fue toda una aventura llegar allá, y más aun llegar al sitio donde estaba el yacimiento ya que estaba alejado del pueblo principal. Toda una aventura en un vehículo todoterreno prehistórico propiedad de la comuna indígena en el que íbamos apretujados los doce miembros de la expedición junto a una familia india con sus aperos y varios bidones llenos de tripa de oveja especiada (alimento habitual entre ellos).

Tremendo cuando llegamos a la casa aislada de los indígenas con los que íbamos a vivir que estaba justico al lado del yacimiento: un cobertizo de barro apenas más grande que la cocina de mi casa con tejado de paja y sin ventanas donde íbamos a dormir con los indios todos a mogollón. Por supuesto sin agua corriente ni electricidad. Terrible. Encima teníamos que dormir en un suelo de tierra, cosa que me acojonó por las vinchucas, que es un insecto que hay por allá que transmite el mar de Chagas.

La vinchuca es este simpático animalico.

[img]http://www.ambiente-ecologico.com/fotos/080-Vinchuca.jpg[/img]

Pos bien, en resulta que si te pica un bicho de estos al cabo de los tres años te entra el mal de Chagas, que consiste fundamentalmente en que tras la picadura del insecto no notas nada pero que a los tres años te hinchas y te mueres, así era por aquel entonces aunque hoy en día han mejorado los tratamientos y casi todos se salvan aunque la mortalidad sigue siendo grandísma.

Total que le pregunté a la señora Juana (la madre de familia india con la que íbamos a convivir) si había vinchucas, me respondió que no, que eso en todo caso allá abajo en las cañadas, pero que tan alto no había habido nunca. Sin embargo cuando llegó la noche y fuimos a dormir nos llevamos la sorpresa de que había fumigado todo con amoníaco como precaución frente a las posibles vinchucas, imaginaos la peste en un cobertizo sin ventilación que era con la peste añadida de la tropa que éramos más el de las tripas de cordero especiadas.

La verdac que fue todo un impacto para mí encontrarme allá, era un joven ilusionado que había invertido sus ahorros (más cierta ayuda familiar) para ir allá, esperaba encontrarme un paisaje impresionante, tratar con bellas indígenas, excavar un apasionante yacimiento y encontrar muchas maravillas.

Nada más lejos de la realidaz.

El paisaje era deprimente, feísimo, las mujeres un auténtico horror amen de ariscas, racistas y despreciadoras del hombre blanco. Y en cuanto al yacimiento arqueológico..., en fin, os hablaré de eso unas líneas más abajo.

Era Julio... joder, Julio en el altiplano andino, nos levantábamos a las siete de la mañana y hacía una temperatura de seis bajo cero que a las tres de la tarde alcanzaban más de cuarenta, algo espantoso. El primer día tuvimos que ir a pedir permiso al jefe de la tribu para excavar, ya que aunque teníamos todos los permisos pertinentes de las autoridades para excavar con el fin de evitar conflictos fuimos para allá. 

Fue toda una rechifla hablar con él, una de las mentes más obtusas e ignorantes que hi visto en mi vida. No alcanzaba a entender qué íbamos a hacer allá. En cuanto le dijimos que íbamos a buscar fragmentos de cerámica y restos de utensilios de hueso de sus antepasados de hacía mil años para saber cómo vivían por aquel entonces se quedó asombrado.

-¿Pero para qué queréis saber cómo vivían nuestros antepasados?

-Para saberlo, es una cuestión de aprender, de saber cómo eran aquí las cosas.

-Ya, pero... ¿para qué os sirve a vosotros saber eso?

-Es simplemente el ansia de conocimiento por el conocimiento mismo, de tratar adquirir sabiduría.

Entonces se echó a reír y dijo:

-Pues si os creéis que vais a ser más sabios por saber cómo se fabricaban aquí los cacharros de barro hace mil años es que sóis muy estúpidos.

No disimulando su burla nos dio permiso para excavar.

Comenzamos la faena haciendo la pertinente ofrenda de tabaco y ginebra a la Pachamama con el fin de evitar que se ofendieran los indios, ya que aunque en apariencia estábamos solos sabíamos muy bien que nos estaban vigilando ya que no se fiaban ni un pelo de nosotros.

Fue un asco estar allá, los indios nos eran claramente hostiles y no dejaban de manifestarnos su desprecio, incluso hubo ocasiones en las que llegó a peligrar nuestra integridad física.

En fin, que comenzamos a excavar y poco a poco fuimos sacando a la luz los antiguos adobes milenarios. Si embargo aparte de descubrir las viejas y desmoronadas paredes no descubrimos nada, ni la menor cuenta de cristal, ni un fragmento de cerámica, ni un utensilio de hueso, no encontrábamos nada. Cuando llevábamos ya quince días excavando en esas penosas condiciones sin encontrar absolutamente nada a un miembro de la expedición se le ocurrió gritar en plan de guasa: "¡Oro, oro!"

No había nadie a la vista, o eso pensábamos nosotros... al día siguiente al levantarnos nos encontramos a la tribu entera que había mandado a tomar por el culo todas nuestras estacas y cuerdas y haciendo agujeros por doquier, mirándonos con profundo odio mientras nos acusaban de ir allá a robarles el oro, que qué desvergüenza teníamos porque ya eramos más ricos que ellos por haberles robado el oro hacía siglos y que encima aún teníamos el poco honor de ir a robarles más excusándonos con mentiras de cacharros de barro y demás.

No atendieron a razones de ninguna clase, a poco nos linchan, tuvimos que huir de allá corriendo a todo correr, acudimos a la gendarmería, de donde volvimos acompañados con hombres armados que echaron a los indios de allá.

(Continuará.

 

Ver también

E
electo_7298240
23/8/18 a las 10:20

El final de la historia aquí:

  

El foro es privado y hay que registrarse para leerlo pero el registro es muy sencillo.

U
usuariarandom
23/8/18 a las 15:53

A este foro, que está medio muerto, has venido a captar usuarios...

V
vinyet_9680438
24/8/18 a las 13:38

si estaba graciosa la historia 

Y
yuly_9399131
24/8/18 a las 15:54

Los va a poner en su nido, con su mamá pájaro, (o pájara).

Y
yuly_9399131
24/8/18 a las 16:28

Que no. Que me confundes. No soy Raquel , y se notaria, puesto que ella me da cien vueltas.
Nunca he defendido a Payés puesto que es un anticristiano convencido y se refleja en sus respuestas para molestar.
No queria leer lo que has puesto sobre lo que hace a los animales , para no amargarme el postre y la tarde , pero la curiosidad mató al gato.. (y odio ese refrán ), así que me alegro de no tenerle por aquí........

Y
yuly_9399131
24/8/18 a las 21:40

Jo. !. Insufrible.

Y
yuly_9399131
24/8/18 a las 21:46

No queria pensar que los tenia para hacerles daño. No queria imaginar tamaña crueldad.
Eres demasiado benévola . Yo idearia algo menos placentero que el cepo.

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