El socialismo del siglo XXI es un inventó maravilloso y muy democrático en el que el pueblo puede retirar su confianza a un gobernante mediante un referéndum revocatorio. Si se reúnen las suficientes firmas se puede plantear una votación para enseñarle la puerta al presidente. Suena casi tan bien como todo lo relacionado con la democracia directa y asamblearia y, como era de esperar, el resultado es nauseabundo e infecto.
Eso es lo que ocurrió, está ocurriendo y va a ocurrir en ese paraíso de las libertades y el bienestar que es Venezuela, donde un régimen fascista ya completamente desatado no tiene empacho en reconocer que va a despedir a personas que firmaron la petición para el revocatorio del sátrapa asesino Maduro.
Hasta allí fueron para aprender métodos fascistas los de Caguemos.