Me estoy dando cuenta que estamos ante un gran peligro que poco a poco se desvela como los capítulos de una novela barata. Zapatero esta haciendo todo lo posible para desbancar a Don Julián como el nuevo malo de la historia de España.
El Conde Don Julián, para los que no lo sabéis, dejo que los primeros árabes invadieran nuestra península desde su plaza fuerte de Ceuta en el año 711. Las ambiciones de Don Julián eran tan desmesuradas y cortas de vistas que no dudo en aliarse con Musa ibn Nusair y Tariq ben Ziyad, los invasores del reino visigodo de España, por la simple razón de que no le gustaba el Rey Don Rodrigo (una razón de peso en esos tiempos). Y sin dudarlo nos obligo reconquistar a base de sangre y sacrificio lo que se perdió en una tarde.
Zapatero tiene una ambición de poder que deja a Don Julián en pañales. Y Zapatero, como Don Julian, también tiene un odio personalAZNAR. Lo sorprendente es que después de haber vencido a Aznar en las elecciones, sin embargo, este hombre no para ahí. ¡Que va! Se esta dedicando en cuerpo y alma a destrozar todo lo que Aznar apreciaba, que por desgracia también apreciamos los demás. Tal es su odio, tal es su empecinamiento, tal es su ceguera que sin saberlo esta haciendo todo lo posible para destrozar lo que Aznar, y muchísimos de nosotros apreciamos sobre todonuestro país. Zapatero le importa un huevo si España desaparece en mil pedazos gracias a su cantonalismo decimonónico y su insistente servidumbre hacia países tercermundistas y absolutamente nada democrático. Este hombre le ha tocado la suerte de vivir en un país ya hecho y prospero, gracias a siglos de horrores, de sangre desparramada, y de sacrificios que tuvieron que sufrir nuestros antepasados para convertirlo en un país libre, y, más tarde, también democrático. Cuando creíamos que por fin habíamos alcanzado a nuestros vecinos los franceses, alemanes, e ingleses en legitimidad de gobierno, libertad, democracia y prosperidad, viene este payaso de León y se lo esta intentando cargar en su primer año de legislatura.
¡Que prisas tiene! ¡Que jeta tiene!
Pero lo peor de todo es que se lo estamos consintiendo, porque él que calla, otorga. La legitimidad de la que tanto cacarea Zapatero, no es omnipotente, porque, lo quiera o no, la Constitución esta ahí para obligar al gobernante de turno de desistir de cambiar cierto aspectos de nuestra vidas con su sola voluntad. De hecho, él tiene que empezar a respectar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos o deslegitimará su gobierno ante la sociedad española. Que él disfruta de los votos de una mayoría NO significa que eso legitima TODAS sus acciones legislativas y ejecutivas, y menos cuando estas acciones están pensadas para socavar nuestra Constitución, nuestra convivencia, y nuestra democracia.
No deberíamos seguir consintiendo que cada nueva burrada que él o su equipo proponga les salga gratis. Hay que empezar de defender nuestra democracia. Hay que empezar defender el espíritu del 78. Hay que empezar defender nuestras libertades.
Hay que empezar gritar en las calles para hacernos oír.