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Traducciones de artículos de prensa extranjera...

Última respuesta: 10 de abril de 2003 a las 15:27
A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:10

Propongo que si podeis, pongamos aquí artículos de presa de diferentes corrientes, versiones y punto de vista de los acontecimientos. Sería una buena manera de enterarnos lo que se piensa y cómo se piensa en otros lares.

Aqui pongo mis traducciones de algunas editoriales o artículos aparecidos en Le Monde, Le Figaro, Der Spiegen y Reforma.

Por favor, Tabubué... tu que estas del otro lado del charco y que estás ducha en inglés...podrías trascribir artículos de por allá?. Digo si Pitufina y el trabajo te lo permiten...

Saludos.

Ver también

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:12

El tercero de la foto
(Le Monde. 28 de marzo de 2003)

Atormentado por la lucha antiterrorista, José María Aznar está convencido de que España, de una u otra manera, debería alinearse al lado de los ganadores: los Estados Unidos, Gran Bretaña.

En la foto, sus dos compañeros están preocupados, él es el único que sonríe. Una risa reservada, como se debe, a tres días del principio de una guerra, pero en contradicción por el resplandor, demasiado intenso, de su mirada donde asoma el velado júbilo y la incredulidad. Como si José María Aznar, el líder del gobierno de España que cada vez más hace escuchar su voz y su voto, pero que se queja de ser subestimado, aún no creyera el encontrarse ahí, en el primer plano mismo de los acontecimientos internacionales corrientes

Esta foto oficial, tomada en la minicumbre del partido de la guerra en las Azores el 16 de marzo, un simple ejercicio de rutina para George Bush y su aliado británico Tony Blair, es sin duda para José María Aznar, el símbolo del su mejor logro en toda su carrera: Cualesquiera que se sean las circunstancias, ¿No estaría después de todo, en el podio de las grandes potencias mundiales en una tercera posición, inesperada meses atrás?. Entonces, ¿En qué piensa este hombre cerebral que no se permite la más mínima emoción en público, posando en medio de los flashes de los fotógrafos. Bajo el peso del brazo protector, apoyado ostensiblemente en su hombro por, de su amigo Bush. El mismo que en su primera visita a Madrid, hace dos años, confundía su apellido con Ansar y se veía obligado a algunas palabras por educación... in Spanish? A menos que simplemente evocara sus principios, no hubiera podido medir el largo camino recorrido hasta la foto de las Azores.

Unos inicios sin problema, sin resplandor tampoco. En la España franquista autocrática de los años 50. Nació en Madrid el 25 de enero de 1953, en el seno de una familia decente del régimen. José María Aznar, tuvo, en suma, la vía trazada. Su abuelo, embajador y periodista, su padre director de la radio nacional la conformaron. Sería estudiosa, rigurosa y bien alineada, a la derecha, se entiende. El exclusivo y religioso colegio de Nuestra Señora del Pilar, donde se educaría su futura intelectualidad sería el molde perfecto.

El joven Aznar se orienta pues, hacia la cómoda rutina de una carrera de inspector financiero, preparado por sus estudios de derecho. El se dice admirador de la Falange, o más tarde reticente hacia la naciente Constitución democrática, más por educación que por convicción. Y después una tarde, escucha hablar al Papa del Post-franquismo, Manuel Fraga Iribarne, Don Manuel, amigo del Caudillo, pero que tiene, al menos, la idea a España entreabierta en el turismo y en la modernidad en los años 60. El joven funcionario de 26 años, serio y acompasado se ve seducido. Después de todo se aburre encerrado en su puesto de Logroño, en la Rioja profunda, y sufre porque su mujer, Ana, con la que se casa 2 años antes, queda como su única confidente quien le empuja a hacer algo útil cambiando las ideas, para lo que su destino sea sellado.

Un bello día de 1979, con carta de recomendación en mano, se presenta en la sede del partido de derecha, Alianza Popular, incómodo con su loden verde amplio, los cabellos negros bien asentados y su grueso bigote provinciano que le endurece su rostro. Es su entrada en la política. El momento para él de poner en práctica los consejos legados por su abuelo. José María, no te alejes jamás de la regla de oro de las tres P: prudencia, paciencia y perseverancia. Mensaje recibido. Sobre los escombros sulfurosos de la vieja derecha franquista, El se barre un camino, sin ilusiones. Manuel Fraga Iribarne le propone, dos años más tarde que se interese de nuevo en un partido que va a crear: El Partido Popular, que encabezará a los 37 años en 1990. Objetivo: Reconstruir la derecha edulcorando los viejos rencores franquistas y recentrádola para hacerla creíble. El catalizador, será él.

Sin embargo, no tiene nada de jefe carismático: no es alto, calculador, secreto, casi acomplejado, se acuerda uno de sus allegados. Escucha más de lo que habla, pero es inteligente, tenaz y sabe hacer trinchera cuando hace falta. El antiguo funcionario demasiado gris a adquirido seguridad. Incluso su madre, cuando se le preguntó, no lo reconocía. Nunca hubiera imaginado que llegaría hasta aquí. Mi hijo mayor siempre tuvo mejores notas, además José María siempre ha sido de todos mis hijos el menos polémico. Es verdad que, después de catorce años de poder, los socialistas están al borde de rodillo. Después de muchos intentos infructuosos, José María Aznar realiza por fin su sueño: Gana las elecciones contra Felipe González, el brillante dirigente socialista.

Amarga Victoria, titulan los periódicos: la derecha gana por 300 000 votos de diferencia. Nadie apuesta por este partido hecho de chapuzas en el trastero y que cuenta con un ministro a contracorriente que se violenta por los acuerdos con nacionalistas vascos y catalanes. Importa poco. José María Aznar está habituado a los inicios estrechos. Es que se me ha despreciado mucho, por eso estoy vivo suelta orgulloso al constatar; En política no le debo nada a nadie. Así pues, con una ironía un poco amarga se hace de sus carencias una armadura: Este país ya ha tenido demasiado carisma, Yo, solamente soy el tipo de bigote, un tipo normal, el tío de a lado, pero no prometo nada que no cumpla.

En cuatro años, pone en marcha una estrategia de lluvia fina, muchas reformas, constantes y continuadas, aplicadas por ministros que le siguen sin discutir. Los resultados están pronto ahí: Cuando que José María Aznar se vuelve presentar a las elecciones en la primavera de 2000 cara a un partido socialista roto por querellas internas, tiene una bella jugada que lanzar con orgullo justificado. España va bien, y voy a dar más. Es cierto. La España de Aznar es una España optimista, vital, reconciliada consigo misma, que reduce las distancias con los países europeos más desarrollados: se crearon más de un millón de nuevos empleos el paro baja del 20 al 11%.

Esta vez es la revancha tan esperada. Obtiene la mayoría absoluta. Esta victoria est también la de la rehabilitación final de la derecha española. En el alto balcón de la calle Génova, sede el Partido Popular, en el corazón de Madrid, en una noche jubilosa noche vestida de azul, el color del partido, José Mari se conmueve. La temible mirada negra está llena de emoción. Es feliz.

Al ida siguiente responsables políticos le cortejan y el italiano Silvio Berlusconi lo hace su maestro de pensamiento, la derecha española presidirá pronto el grupo popular europeo. En la portada de revistas extranjeras, vestido de sport, chic y desenfadado, José María Aznar, cuyo bigote se ha afinado para tal propósito, se pone en pose, acaricia a su gato. Con elegancia suprema anuncia que no se presentará más a otras elecciones. El PP, está seguro, estará ahí por mil años.

Sin embargo, apenas transcurridos tres años, una nube loca se extiende sobre Génova. El 21 de marzo de 2003, esta vez, miles de manifestantes, opositores a la guerra en Iraq, como el más del 80% de los españoles, ahullan contra el jefe del gobierno que apoya, sin inmutarse a George Bush. Aznar Canalla, Aznar dimisión. La policía se carga y hay 50 heridos y ciento dieciocho al día siguiente. En los sondeos, el PP se despeña 3% por debajo de los socialistas, algo que no se veía en siete años.

Entonces ¿Qué ha pasado? Quizá hay que remontarse al terrible choque el 11 de septiembre de 2001 para comprender el giro de José María Aznar. La luna de miel de la mayoría absoluta se degradó a lo largo del tiempo cuando sobreviene el 11 de septiembre: viendo la ola de indignación sin precedentes que sacude el mundo, sin duda José María Aznar se dijo que su hora había llegado, después de años de sentirse solo en su combate frontal, no siempre apreciado en su justo valor dentro de Europa, contra el terrorismo de los independentistas vascos de ETA que ensangrentaba al País Vasco. Erradicar el terrorismo es una convicción visceral en él. Una convicción adquirida a un alto precio, cuando indemne de un atentado durante la campaña de 1996. Además, su estrategia para intentar marginar al Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el poder desde hace ya veinte años en Vitoria fracasó en el mes de mayo anterior en las elecciones vascas, dejando una fractura social mal asumida. Así, sin dudar, se enfrascó en la cruzada antiterrorista de los Estados Unidos. Los satélites-espía americanos son inútiles para desmantelar comandos en los valles vascos, pero América tiene brazo largo para de encontrar la pista de las redes financieras internacionales de ETA. Incluso, Madrid pondría al terrorismo como prioridad en su presidencia de la Unión Europea en 2002; aunque significara la mezcla de todo, el gobierno martillaba: ETA y Al-Qaeda es lo mismo.

Más allá del terrorismo, confía uno de sus antiguos colaboradores, José María Aznar tuvo una intuición política: que después del 11 de septiembre nuevos equilibrios van a nacer. Hay que formarse en el lado bueno: el lado americano. Reflexión reforzada en verano de 2002, por la guerrita del islote Perejil, en Africa, invadido por Marruecos que España recupera gracias a la mediación de Colin Powell. Europa no pudo o no quiso ayudar.

Convencido de que el solo sabe donde debe llevar al país, el presidente se convierte en autoritario, testarudo, despidiendo ministros con una simple llamada telefónica o cuando se enteran por los periódicos. Se está conmigo o contra mi, no cesó de repetir. Incluso el episodio de la catástrofe del petrolero Prestige, en Galicia, subestimado, pero no subtratado, le aleja de la opinión pública. ¿Dónde ha ido, detrás de ese dirigente aislado, el seguro tipo del bigote, que decía querer escapar de la tentación de la deidificación? La organización de una boda principesca para su hija, choca., y las caricaturas lo muestran de ahí en adelante como el oráculo lanzando profecías que solo él comprende.

¿Los socialistas tienen ideas propias? Son desleales. ¿Los obispos lancen una misa para denunciar el deterioro del clima social en el país vasco?. Son perversos. Cuando la huelga general, ocurre después de la cumbre europea de Sevilla y que pudo haber sido evitada puesto que Aznar cedería más tarde en su criticado decreto-ley- Está destinada a dañar la imagen de España dijo. La oposición habla de abuso de la mayoría absoluta y de derivas autoritarias.

La euforia de la presidencia europea pasa, el jefe del gobierno se encuentre como lider medio de un país medio.; España es demasiado pequeña para sus ambiciones, escribe un editorialista. Hay, pues, que hacerla más grande: prevé un lugar en el G8, y quisiera una Europa fuerte donde se vería bien, eventualmente, como presidente. Pero una Europa nueva, tampoco tan fuertemente apadrinada por el eje franco-aleman, Sus discusiones con el canciller alemán son notables, sus enfados hacia París, su socio natural, también, sobretodo en la cuestión marroquí.

También las diatribas americanas sobre la Vieja Europa, encuentran oídos atentos en Madrid que será el origen de la carta de los ocho a finales de enero para apoyar a George Bush, con Gran Bretaña, Italia y sobretodo fuerza a los países del este, proamericanos que podrían formar el nido de la Europa Moderna según José María Aznar, a costa de hacer explotar en pedazos el consenso europeo.

Una comida reservada cuanta la prensa española, tendría lugar en la Moncloa (sede del gobierno) el 31 de enero. José María Aznar habría dado conocer entonces el fondo de su pensamiento; una ventana de oportunidad se abre a España con el conflicto iraquí, que hará emerger un poco más el nuevo equilibrio mundial. Contrariamente al siglo XX, España no debe quedar al margen sino estar del lado de los ganadores. E el Sr. Aznar elige su campo, en el fuerte de la entrada de España en el Consejo de seguridad que le da un peso inesperado. Una apuesta arriesgada, que contradice toda la política exterior española de los últimos años. Se ve también una precipitación para estar en la foto histórica, subestimando la voluntad de Berlín y sobretodo la de París, pensando que se harían un poco del rogar. Sin duda francesadas replicó irónico a aquellos que afirmaban que París no estaba blofeando.

Antes las manifestaciones que se intensifican, José María Aznar responde: La legitimidad son las urnas, no la calle, y ahora el gorro, sin embargo ahora que la guerra ha comenzado no se habla más de ingleses y americanos, que son ellos los que están sobre el terreno. ¿La foto de las Azores se ha olvidado? Esta tendrá sin embargo, una factura, que pueda llegar ya, con las elecciones locales del 25 de mayo.

Marie Claude Decamps

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:13

El sr. blair y el sr. aznar
Editorial de Le Monde

Sr. Blair y Sr. Bush

Tony Blair fue la voz de Europa el jueves 27 de marzo en los Estados Unidos. Recibido en Camp David por el presidente George W Bush, el primer ministro británico a librado una buena batalla, sobre dos frentes.

El primero concierte la post-guerra en Irak. No podrá ser sólo un asunto de la ONU, dice el Sr. Blair, expresando la posición de la Unión Europea en este tema. Ninguna autoridad no puede legítimamente pretender organizar la reconstrucción y el paso de un régimen a otro. De Sadam Hussein a un gobierno menos temible.- En Irak país, soberano (hasta el nuevo orden). Esta es la opinión de la comunidad internacional. Quien resalta que no solamente un derecho, sito también sentido común. El mismo Sr. Bush ha de creer que esta guerra va a durar. No ha sido la excursión, que prometieron algunos neoconservadores americanos. Entre más se endurece, más impopulares se hacen los americanos en el ánimo de los iraquíes. Cada noche adicional de bombardeos sobre Bagdad garantiza una post-guerra de pesadilla para los Estados Unidos. Un régimen de ocupación asegurado, sin reparto, por Washington nutrirá a Irak y a toda la región de un antiamericanismo que ha sido la vitamina del terrorismo islamíco.

Irak es un país de 24 millones de habitantes, tan grande como Francia. Los Estados Unidos pueden, legítimamente, teme a la pesadez de la máquina burocrática onusiana. Gran Bretaña sugiere que la ONU, en nombre de un mando político encabece la administración interina de Irak de la post-guerra y su reconstrucción.

Este regreso a un ineludible multilateralismo donde el Sr. Blair, que pena, se decantó por el asunto de la guerra - No es igualmiente apreciado en el seno del gobierno Bush. Nos nos encargamos de este enorme fardo la guerra- para no tener el control dominante sobre la forma en la que se van a desarrollar las cosas en el futuro, declaró el secretario de Estado, Colin Powell. Ya, y de una manera que chocó en Londres, los Estados Unidos han designado no hay otra palabra a empresas norteamericanas para reconstruir lo que los combates hayan destruído.

El Sr. Blair se también batió en el frente israel-palestino, también es un asunto de derecho y de sentido común. Solamente los progresos en este campo apaciguarán el alma atormentada y dividida de un mundo árabe que parece experimentar sentimientos complejos : Desea el fin de Sadam Hussein (y los que se le parezcan) y vive, el mismo tiempo, esta campaña contra Irak como una nueva humillación. El señor Blair, parece que haber obtenido de los EUA que publicaran la hoja de ruta detenida con Rusia, la Unión Europea et la ONU debiendo conducir a un Estado Palestino de aquí al 2005.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se esfuerza por enterrar esa hoja de ruta. Tiene apoyos sólidos en el seno del Gobierno Bush. La capacidad de influencia del Sr. Blair en Washington, (por razón de ser una relación especial va a ser sometida a una dura prueba.

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:15
En respuesta a aihong_6450201

El sr. blair y el sr. aznar
Editorial de Le Monde

Sr. Blair y Sr. Bush

Tony Blair fue la voz de Europa el jueves 27 de marzo en los Estados Unidos. Recibido en Camp David por el presidente George W Bush, el primer ministro británico a librado una buena batalla, sobre dos frentes.

El primero concierte la post-guerra en Irak. No podrá ser sólo un asunto de la ONU, dice el Sr. Blair, expresando la posición de la Unión Europea en este tema. Ninguna autoridad no puede legítimamente pretender organizar la reconstrucción y el paso de un régimen a otro. De Sadam Hussein a un gobierno menos temible.- En Irak país, soberano (hasta el nuevo orden). Esta es la opinión de la comunidad internacional. Quien resalta que no solamente un derecho, sito también sentido común. El mismo Sr. Bush ha de creer que esta guerra va a durar. No ha sido la excursión, que prometieron algunos neoconservadores americanos. Entre más se endurece, más impopulares se hacen los americanos en el ánimo de los iraquíes. Cada noche adicional de bombardeos sobre Bagdad garantiza una post-guerra de pesadilla para los Estados Unidos. Un régimen de ocupación asegurado, sin reparto, por Washington nutrirá a Irak y a toda la región de un antiamericanismo que ha sido la vitamina del terrorismo islamíco.

Irak es un país de 24 millones de habitantes, tan grande como Francia. Los Estados Unidos pueden, legítimamente, teme a la pesadez de la máquina burocrática onusiana. Gran Bretaña sugiere que la ONU, en nombre de un mando político encabece la administración interina de Irak de la post-guerra y su reconstrucción.

Este regreso a un ineludible multilateralismo donde el Sr. Blair, que pena, se decantó por el asunto de la guerra - No es igualmiente apreciado en el seno del gobierno Bush. Nos nos encargamos de este enorme fardo la guerra- para no tener el control dominante sobre la forma en la que se van a desarrollar las cosas en el futuro, declaró el secretario de Estado, Colin Powell. Ya, y de una manera que chocó en Londres, los Estados Unidos han designado no hay otra palabra a empresas norteamericanas para reconstruir lo que los combates hayan destruído.

El Sr. Blair se también batió en el frente israel-palestino, también es un asunto de derecho y de sentido común. Solamente los progresos en este campo apaciguarán el alma atormentada y dividida de un mundo árabe que parece experimentar sentimientos complejos : Desea el fin de Sadam Hussein (y los que se le parezcan) y vive, el mismo tiempo, esta campaña contra Irak como una nueva humillación. El señor Blair, parece que haber obtenido de los EUA que publicaran la hoja de ruta detenida con Rusia, la Unión Europea et la ONU debiendo conducir a un Estado Palestino de aquí al 2005.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se esfuerza por enterrar esa hoja de ruta. Tiene apoyos sólidos en el seno del Gobierno Bush. La capacidad de influencia del Sr. Blair en Washington, (por razón de ser una relación especial va a ser sometida a una dura prueba.

Perdón error de título.. sr. blair y sr. bush
Lo siento.

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:17

Cómo los estados unidos quieren castigar a francia
Artículo de Le Figaro, 28 de marzo de 2003 del envíado especial Charles Lambroschini

Estigmatizado por su deslealtad, El hexágono está de aquí en adelante bajo la amenaza de represalias económicas y políticas en la post-guerra.

Cómo los Estados Unidos quieren castigar a Francia.

Washington : [28 marzo 2003]
Francia se convierte en un enemigo estratégico de los Estados Unidos.... Especialista en cuestiones de seguridad, Michael Ledeen pertenece a ese grupo de intelectuales de derecha que ha dado al nuevo orden mundial, celebrado por George W. Bush, su legitimidad ideológica. Participando en un coloquio del American Entreprise Institute, uno de los más prestigiosos centros de investigación estratégica de Washington, él no masticaba sus palabras del lunes. La América profunda esta encolerizada contra Jacques Chirac. Animando a Sadam Hussein a la resistencia, la política del presidentre francés, ha costado la vida a muchos de nuestros soldados.

Washington está habituado a la contestación francesa. James Wolsey, director de la CIA en tiempos de Clinton, recuerda que ya durante la guerra de independencia americana, las relaciones eran se extendían con frecuencia entre George Washignton y Lafayette. El vencedor de la batalla de Yorktown, quien vió, sin embargo, caer más franceses que americanos. Helmut Sonnenfeldt, antiguo miembro del equipo de Kissinger, enumera desde su despacho de la Brookings Institutions, las inumerables diferencias que han marcado las relaciones franco-americanas desde hace 50 años; Con De Gaulle, la querella sobre la fuerza nuclear francesa o la ruptura con la OTAN; más tarde, el contencioso del gasoducto siberiano, París estaba acusado de haber empujado a Europa a hacer negocios con la URSS. Pero la crisis actual es mucho más profunda. La disputa, explica Wolsey, ha pasado por mucho el nivel de las que metían sal en medio de esta vieja pareja. Lo que le reprochamos a Francia, no es que haya ejercido su derecho a la libertad de expresión, sino de ir demasiado lejos. Ha organizado la coalición del no a América .


Los civiles del Pentágono, que dan a la administración Bush su tono radical, quieren ser implacables: Hay que hacer que Chirac pague su insolencia. Represalias económicas serían la respuesta más lógica. Un banquero francés de Nueva York señala: En los próximos meses, un presidente-director general tendrá la elección de firmar a un PDG francés, italiano o español con riesgo de descartar sistemáticamente al francés. El problema es que castigando a las empresas francesas se castiga también a las empresas americanas. Boicotear Evian se saldaría con una pérdida seca para Coca Cola, que es el distruibuidor de esta agua mineral en los Estados Unidos. Rechazar los neumáticos Michelin condenaría al paro a miles de obreros americanos que trabajan en las fábricas que el grupo francés ha abierto en Carolina del Sur. Entre Europa y los Estados unidos, que intercambian cada día mil millones de dólares en mercancías y dos mil millones en productos financieros, el comercio es, en efecto, demasiado entretejido como para que sea posible distinguir entre los intereses de uno y los del otro. Cuando el diputado republicano de New Jersey, James Saxton hizo un llamado a las empresas que tenían contrato con el Pentágono para boicotear el Salón de Aeronáutica de Bourget, se topó con un categórico rechazo. Si no vamos, respondieron unánimes los industriales americanos, perderemos mercados.

La sanción será primero simbólica. Se vaciarán aún algunas botellas de beaujolais en las alcantarillas de Nueva York y el stilton británico tendrá más éxito que el roquefort. Ginny Brown-Waite, una diputada republicana de Florida, tuvo su minuto de gloria televisiva cuando propuso repatriar los cuerpos de los GI caídos en Normandía el 6 de junio de 1944. Nuestros soldados deben descansar en su patria, mas que un país que no respeta la memoria de los americanos que murieron por Francia.

Hay que escuchar a Justin Waisse, un investigador francés de la Bookings Institution, el verdadeo poder de fastidiar se se revelará hasta el momento de la reconstrucción de Irak. Los firmes franceses serán sistemáticamente descartados de todas las canteras. Es inutil lamentarse: La participación militar de Francia en la primera guerra del Golfo no le había aportado nada. En aquella época el Ministro de Asuntos Exteriores, Roland Dumas cuenta que el rey de Arabia Saudita, para agradecer a París, el haber ayudado a proteger su país, otorgado a Francia una concesión petrolera particularmente generosa. Pero algunos meses más tarde tal concesión fue anulada bajo la presión de Washington.

La venganza de los halcones será esencialmente política. Los Americanos, explica Waisse, acrecentarán sus esfuerzos para diluir la Unión Europea. Más que nunca van a desechar el proyecto de Jacques Chirac de convertir a Europa en un contrapeso de ante el poder de los Estados Unidos. La Casa Blanca quiere, a través de la OTAN que los Europeos compartan su fardo militar, pero se reusa a la idea de una diplomacia y una defensa comunitaria que un día pueda cambiar de cooperación a competencia. George W. Bush, explotará al máximo la allianza de revés y que se diseña entre Washington y los antiguos satélites de Moscú. Sonnenfeldt afirma: los países de Europa central, que han sido mucho tiempo privados de su identidad por el yugo soviético no están dispuestos a sacrificarse ante por una Europa integrada, ahora que han recobrado su soberanía y mucho menos si la única razón de estar en ese plan es de contrabalancear América a quienes deben su liberación.

Thomas Donelly, otro pensador neoconservador que son los que realmente tienen hoy influencia en Washington es partidario de un desdén amistoso bajo el título de Paz Americana; y ha escrito un artículo ironizando sobre las ilusiones de Francia. Paris se imagina que el poder dulce, de una potencia media tal y como la ejerce en las Naciones Unidas, tiene un valor similar al poder duro, que solos garantizan la riqueza económica y la fuerza militar. Pero delante del Consejo de Seguridad, Francia no ha traido más que una victorua a la Phyrrus, porque no ha logrado que George W. Bush hiciera lo que Jacque Chirac quería que hiciera; Dejar a Saddam Hussein en el poder.


Sonnenfeld añade, en su opinión, la obsesión de Francia de reencontrar un status de Grande le ha resultado a la inversa, un debilitamiento. El Consejo de seguridad es muy importante para Francia, constata Sonnenfeldt, porque es el único sitio donde puede sonar su altavoz gracias al derecho de veto. Paris se ecuentra en igualdad con Washington. Pero el Consejo de Seguridad sabotea todas las inticiativas americanas, se tranforma en la ostra vacía del día, cuando los Estados Unidos decidieron ir por libre. Según Donelly, se trata de creran instituciones donde un lazo se reestablecera entre el dereco de escribir la ley internacional, y la responsabilidad de su aplicación.

Michael Leeden cree tener la última palabra: Entre Francia y los Estados Unidos la herida sera imposible de curar mientras que Chirac esté en el poder. Pero el presidente francés, habiendo asegurado quedarse en el Eliseo hasta 2008, esta predicción supone que George W. Bush lograría ser reconducido a la Casa Blanca el próximo año. Nada es menos seguro, a juzgar por las desgracias de Bush padre: vencedor de la Guerra del Golfo en 1991 pero perdedor en la elección presidencial de 1992.

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:20

Dios y américa
Editorial de Le Monde (29 de marzo de 2003)

Dios y América

Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará en nuestra contra?. Este grito de fe de los cristianos que los soldados alemanes de la primera guerra mundial enarbolaban sobre las borlas de sus centuriones, las tropas americanas enviadas a Irak podrían retomarla para sí. El ejemplo viene de arriba.

El presidente George W. Bush es un cristiano vuelto a nacer, Nació otra vez en la fé, después de una juventud llena de depravaciones. No se contenta con terminar sus discursos con la célebre frase Dios bendiga América que invocan todos los presidentes americanos. El llena sus intervenciones con referencias a Dios y ha exigido que en todas las reuniones del gabinete se comience con una oración preparada por cada ministro en sus respectivas funciones.

Y he aquí que el Congreso acaba de instituir un día de humildad, de plegaria y ayuno para el pueblo de los Estados unidos. Con el fin de que este último, busque el consejo de Dios (...) cara a los retos que la nación debe afrontar. Esta decisión tiene un solo precedente en la historia de los Estados Unidos: en 1863, después de dos años de guerra civil, Abraham Lincon había proclamado un día de ayuno y oración de constricción a petición del Senado.

Este arranque insólito choca a los europeos que tienen otro concepto de laicidad, incluso si todos no comparten la rigurosidad francesa en la materia. No hay más que recordar que los convencionales llevados por Valéry Giscard dEstaing no conseguían ponerse de acuerdo para mencionar lo que sería la herencia religiosa de Europa en la futura Constitución. Pero para los americanos, que se declaran creyentes en más de un 80%, no pone en tela de juicio la separación de la Iglesia y el Estado, ya que ninguna religión en particular se menciona.

Más allá de los principios, esta invocación casi permanente de Dios, corre el riesgo de transformarse, a los ojos de algunas centenas de millones de musulmanes en el contexto del conflicto entre la coalición anglo-americana y los iraquíes en una nueva cruzada, en un choque de civilizaciones y de religiones de consecuencias devastadoras más allá de la religión. En el momento cuando se tomó la decisión del día de la oración en los Estados Unidos, un imam iraquí, armado con un kalachnigov hacía un llamado a Alá, para socorrerle en la caza contra los infieles de la tierra árabe.

El peligro fue reconocido por dignatarios religiosos comprendidas por las iglesias americanas, y entre ellas la de la confesión a la que pertenece la familia Bush. No se reconocen en el fundamentalismo del presidente que ellos asimilan a una ideología ajena al Dios de la Biblia.

A pesar de su enfermedad, Juan Pablo II redobla su actividad para denunciar la guerra. Es cada vez más urgente proclamar con una voz fuerte y decidida que la paz es la única vía para construir una sociedad más justa y más solidaria declaró, antes de exhortar a los jóvenes a continuar sus manifestaciones.

Este Papa polaco que nos dique que dejemos a Dios fuera de los errores de los hombres. Teme que su voz no, por desgracia, no llegue hasta la Casa Blanca.

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 19:21

George w. bush y la djihad a la americana.
Le Figaro 29 de marzo de 2003

Guerra en Irak. Para el jefe de la casa Blanca, el objetivo es aplicar una teoría de dominios destinada a repartir el sueño americano en el conjunto de Oriente Próximo.

George W. Bush y la djihad a la americana.

Washington; de nuestro enviado especial Charles Lambroschini (29 de marzo de 2003)

James Wosley no lo duda. Después de Afganistán, la intervención contra Irak representa la nueva batalla de la Cuarta Guerra Mundial, que sigue al tercer conflicto planetario es decir la guerra fría verá el triunfo de la libertad sobre la tiranía.

El director de la CIA bajo Bill Clinton, el demócrata, pero compañero de viaje de los neoconservadores que inspiran a George W. Bush, el republicano, Wosley, acaba de repetir delante del American Entreprise Institute, uno de los centros estratégicos más prestigiosos en Washington, los grandes temas de la djihad a la americana.

Contrariamente a lo que afirma la vieja Europa, agotada, los marinos y los paracaidistas que combaten en Irak no tienen prioridad de apoderarse de los yacimientos petroleros. Su misión es política; Se trata de aplicar sobre el terreno una teoría de dominios, a la inversa de la epidemia comunista en la época de Vietnam, repartir el sueño americano al conjunto de Oriente Próximo.

Una vez que Saddam Hussein sea eliminado, los Estados Unidos podrán instalar en Bagdag una democracia, por un tipo de contaminación virtuosa que servirá de modelo a todo el vecindario. Poco a poco, cada uno de los Estados de la región deberá aceptar las reformas que, habiendo aportado felicidad y prosperidad a los iraquíes, los pueblos demasiado tiempo oprimidos, lo reclamarán. Bajo la presión de sus opiniones, los enemigos de América, sobretodo Irán y Siria, no tendrán elección. Los amigos estarán obligados a la alineación porque la alianza con Washington no puede estar en entredicho por el mantenimiento de un anarquismo político que nutre el terrorismo. Arabia Saudita ya no podrá jugar a un doble juego financiando a Osama Ben Laden con la esperanza de preservar el inmovilismo.

En cuanto a Egipto, al fin será obligado a luchar seriamente contra la injusticia social quien el mejor coartada del integrismo. Michael Ledeen, un especialista de los problemas de seguridad que comparte la tribuna con Wolsey, insiste: Hosni Moubarak debe darse cuenta que el Congreso no le dará eternamente 2 millones de dólares por año.

Desde 1998, una cuarentena de halcones, enviaba una carta abierta a Bill Clinton, subrayando que las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein constituían una amenaza inmediata, para los Estados Unidos. Habría que armar una expedición contra él que no sería más que un paseíllo militar, porque el tirano tenía una debilidad mayor: no podía contar con ningún apoyo popular. La crueldad de este tirano, precisaba el documento, es suficiente para disuadir a los golpistas eventuales de atizar la ira del pueblo. Irak está maduro para una insurrección general.

Entre los firmantes de esta carta se encontraba Donald Rumsfeld, hoy ministro de la Defensa de Bush, Paul Wolfowitz, convertido en el número 2 del Pentágono. Abatir a Saddam y remplazarlo por un régimen occidental tendría por efecto positivo el estabilizar a Oriente Próximo porque, explicaba Wolfowitz, los demócratas no hacen la guerra a las democracias.

Primero prudente, George W. Bush, ya no dudó después de los atentados del 11 de septiembre. Según la fórmula del periódico Newsday, el presidente decidió secar todos las mareas que nutren al terrorismo. Afganistán, en primer lugar, luego Irak. Así que poco importa que el cuerpo expedicionario americano se mostrara con frecuencia menos capaz en el desierto iraquí que en las montañas afganas, la nobleza del objetivo daba un triunfo inevitable.

Wosley afirma que, después de la Primera Guerra Mundial, cuando Woodrow Wilson proclamo los catorce puntos de la cruzada por la democracia, América nunca había variado: En 1942, en el peor momento de la Segunda Guerra Mundial, Roosevelt y Churchill tomaron tiempo de redactar la carta del Atlántico que anunciaba el reino universal de la libertad. Cara al expansionismo soviético, nosotros nos pusimos en la misma línea y ganamos como en 1945. Y será lo mismo contra Irak. Tenemos la Historia de nuestro lado: en 1945, le mundo no contaba más que con 12 democracias, hoy hay 120. Y les respondemos a nuestros amigos franceses que nos acusan de vistas colonialistas sobre Irak, que los americanos, que desembarcaron el 6 de junio de 1944, cuidarán del suelo normando solamente las hectáreas necesaria el último sueño de sus camaradas caídos por la liberación de Francia.

Pero al igual que el interés general, está el de Israel en el que piensan los neoconservadores. En 1996 Richard Perle, que después de las elecciones de Bush en 2000 se convirtió en una de las cabezas pensantes del Pentágono, propuso a Benyamin Netanyahu, recientemente hecho primer Ministro en Jerusalén, un plan para asegurar las calles y las fronteras de Israel. Lo esencial era deshacerse de Saddam Hussein, el último líder árabe que, osando desafiar a América, representaba con su arsenal nuclear, químico y biológico, un peligro mortal para Israel.

Resultado: George W. Bush es el primer presidente americano, después de Richard Nixon , para quien un reglamento israelo-palestino cesó de ser tema central en Oriente Próximo. Según el Newsweek, hizo suyo el análisis de Sharón Por razones morales: Yasser Arafat es un terrorista diabólico que nunca quiso hacer la paz. Ideológicas: como lo dice Likoud, los árabes no entienden más que por con la fuerza. Políticas: el voto judío puede ser la llave de la reelección de Bush en 2004.

Los viejos zorros americanos de Oriente Próximo no ocultan su escepticismo. En un informe secreto, que Los Angeles Times pudo al menos procurarse una copia el mes pasado, un grupo de diplomáticos ponía en guardia a Colin Powell. Los problemas económicos y sociales de Oriente Próximo son tan graves, que toda reforma política, favorable a Occidente es imposible. El sentimiento antiamericano de las masas árabes es tan fuerte que las elecciones corres el riesgo de terminar por todos lados en gobiernos islamistas. En el periódico Newsday, Edward Walker, presidente de un instituto de investigaciones de Oriente Próximo, y que fue uno de los expertos de Bill Clinton en la negociación de Camp David ironiza. La democracia no se contagia como una gripa. Es una fruta que madura lentamente a un ritmo diferente en cada sociedad.

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 20:42

No era monroe?
De todas formas... creo que andarían mal en Georgrafía, porque Oriente Próximo no está por esos lares

Voy a buscar los de The Gardian... ando detrás de los del NY Times, pero hay que pagar por entrar y no pienso desembolsar . Con el país también, pero al menos con este último me las apaño con la versión en papel que pillo en el consultorio de mi "desinflólogo" .

A
aihong_6450201
29/3/03 a las 21:08

Ya me leí 2 artículos...
de "the guardian"... sobretodo el del "agente amarillo". Que fuerte!

Gracias por las felicitaciones.

A
aihong_6450201
30/3/03 a las 14:21

Hay que suscribirse
por eso se busca a algien que tenga acceso a ellos y los pueda traducir.

A
aihong_6450201
30/3/03 a las 16:41

El problema...
es que traducir del inglés, me cuesta el doble... (no es mi fuerte)... Algúno que nos ayude porfaaaaas.

A
aihong_6450201
30/3/03 a las 17:30

No fueron recibidos con flores en iraq.
Jorge Ramos Avalos (Reforma, 30 de marzo 2003)

No fueron recibidos con flores en Iraq

Los iraquíes no han cambiado su alianza de Saddam Hussein a George W. Bush. Es, supongo, un proceso largo y quizás imposible.


Safwan, Iraq.- Se suponía que cuando los soldados norteamericanos y británicos entraran a Iraq serían recibidos con flores, besos, abrazos y música. No vi nada de eso. Por el contrario, cuando los tanques y vehículos militares del Ejército estadounidense entraron al sur de Iraq, los iraquíes que los observaban desde ambos lados de la carretera actuaban como si no les importara. Era una actitud de pretendida indiferencia que tenía algo de orgullo y miedo.

¿Qué falló? ¿Por qué un recibimiento tan hostil? Estados Unidos y Gran Bretaña pueden estar ganando la guerra -según el presidente norteamericano George W. Bush, el régimen de Saddam Hussein ya sólo controla una parte de Iraq- pero aún no han podido ganar las mentes y los corazones de los iraquíes. El principal problema tiene que ver con el hambre. Los varios iraquíes con quienes conversé (con la ayuda de un traductor) me dicen que desde que comenzó la guerra han sufrido mucho por la falta de alimentos, agua potable y electricidad. Y ellos, repitiendo los argumentos de la television iraquí, le echan la culpa de la hambruna a Bush y al primer ministro británico Tony Blair.

"Hace cinco días que mi familia no come", me dijo una desesperada madre con ocho hijos pululando a su alrededor. Ahmed, un niño de seis años de edad, estiró dos de los dedos de su empolvada mano izquierda para explicarme los días que llevaba sin tomar agua o leche. Tenía los ojos hundidos y sus párpados comenzaban a pintarse de púrpura. La piel de su cara estaba reseca como una lija. "Si puedo cortarle la garganta a un americano o a un británico lo voy a hacer", me dijo desafiante, sin parpadear, un joven iraquí. Iba vestido de civil pero las botas lo delataban como un soldado del Ejército de Saddam Hussein.

Entré a Iraq con un convoy de ayuda humanitaria del gobierno de Kuwait. Los periodistas independientes tenemos mucha dificultad para cruzar la frontera tras la muerte de tres reporteros europeos. El camino a Bagdad está lleno de retenes y de minas. Pero lo que vi en el sur de Iraq fue caótico. Los tres camiones del convoy de comida y agua fueron literalmente saqueados por cientos de iraquíes que empujaron a un lado a los funcionarios de la Cruz Roja y del gobierno kuwaití; en menos de una hora ya no quedaba nada dentro de los camiones. Era la ley del más fuerte. Mientras los hombres más jóvenes se peleaban y se arrancaban de las manos pedazos de galletas y jugos en Tetra Pak, los niños y las mujeres rescataban como gatos hambrientos lo que caía al piso. No puedo olvidar la imagen de un niño que se lanzó un clavado entre cientos de pies descalzos para agarrar una botellita de agua. Inmediatamente después la escondió debajo de su camiseta y volteó nervioso alrededor para cerciorarse de que nadie lo veía. Eso es morirse de hambre y de sed.

En el sur de Iraq más personas corren el peligro de morir por hambre, enfermedades o desnutrición que por bombas. Seis de cada 10 iraquíes recibían ayuda de Naciones Unidas para alimentarse. Pero desde el inicio de la guerra millones de familias se han quedado sin nada. Absolutamente nada. Las provisiones que tenían para unos días se han terminado y la ayuda del exterior es lenta, ineficiente y, como vimos en esta población de Safwan, muy mal organizada.

Otra razón por la que los norteamericanos y británicos no han sido recibidos con abrazos y música es el miedo. Dentro de la población civil se han mezclado miles de soldados en desbandada del Ejército iraquí. Cuando las tropas estadounidenses se retiran por la noche a sus cuarteles y los reporteros se han refugiado en sus hoteles, aparentemente grupos de fedayines del régimen de Saddam Hussein entran en las casas de los iraquíes que están cooperando o simpatizan con las fuerzas de la coalición y los ejecutan, los amenazan de muerte o les cortan la lengua. La administración del presidente Bush asegura que hay unos 20 mil fedayines o paramilitares esparcidos por el país y que, por ejemplo, una mujer en Basora que recibió a las tropas británicas con un pañuelo blanco apareció colgada a la mañana siguiente. No he podido encontrar a nadie que me corrobore esta historia pero ha circulado tanto que ya muchos la dan como un hecho.

Esta es una guerra que también se lucha con propaganda. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, dice que es por el miedo a los fedayines que los iraquíes no han dado una efusiva bienvenida a las tropas norteamericanas en Iraq. En cambio, el embajador de Iraq ante Naciones Unidas asegura que lo que está ocurriendo en su país es una "ocupación", no una "liberación", y que los iraquíes defenderán hasta el final a su país. La verdad se esconde entre las palabras de estas dos declaraciones. Pero sea cual sea, la realidad es que esta guerra ha resultado ser más larga, sangrienta y complicada de lo que esperaban británicos y norteamericanos. Las imágenes de niños y civiles muertos o heridos transmitidas todo el día por las televisoras árabes son la comprobación de que no hay guerra limpia por más precisas y caras que sean las bombas.

Lo que vi en el sur de Iraq me ha ayudado a entender por qué las escenas de júbilo y regocijo que esperaban recibir los soldados norteamericanos y británicos al entrar a territorio enemigo nunca se materializaron. Es el hambre y el miedo lo que alimenta la resistencia iraquí. También -y hay que decirlo por honestidad- el iraquí es un pueblo que resiente la presencia en su territorio de un ejército extranjero, aun cuando la intención de británicos y norteamericanos pudiera ser "liberarlos" de una dictadura que ya se extiende un cuarto de siglo. La verdad es que los iraquíes con quienes platiqué no han cambiado su alianza de Saddam Hussein a George W. Bush. Es, supongo, un proceso largo y quizás imposible.

La única muestra de esperanza de que las fuerzas aliadas, en un momento dado, pudieran ser bien recibidas en Iraq me la dio un niño. El niño, de unos siete años, se me acercó pensando que yo era parte del grupo que había traído agua y comida desde Kuwait. Se aseguró de que nadie lo estuviera viendo, me tomó la mano derecha, me jaló suavemente hacia su cabeza y me dio un beso en la mejilla. El gesto me tomó por sorpresa. Cuando levanté la cara, sólo le vi la espalda mientras corría hacia los camiones de ayuda para ver si podía encontrar algo de comer.



Posdata kuwaití

Dos horas antes que un misil iraquí cayera en un centro comercial de la ciudad de Kuwait, yo estaba cenando ahí mismo con otros tres periodistas de la cadena Univision. Estábamos en el lugar equivocado, pero nos salvamos por un pelito. Una botella de whisky de contrabando nos bajó los nervios esa noche. La explosión, aun a lo lejos, me sacudió. Y desde entonces no he dejado de pensar en los periodistas latinoamericanos que viven esta experiencia varias veces todos los días en Bagdad. Valientemente, corresponsales como Gustavo Sierra de el Clarín, Eduardo Salazar de Televisa o Santiago Pavlovic de la televisión chilena se juegan la vida en la capital iraquí para que los que hablamos español estemos bien informados. Mis respetos para ellos desde Kuwait

A
aihong_6450201
30/3/03 a las 17:38

¿sólo la prensa francesa?
y la alemana, y las iberoamericanas etc, etc, etc...

Pero claro, son opiniones tan pequeñitas...

No creo que todos conozcan los motivos que han llevado a Francia a tomar esta posición... En EUA creen que sólo ha sido por intereses petroleros... Ah TVE también... pero bueno, por fortuna muchos, aunque no todos, saben que estas fuentes de información no son los detentores de la verdad, como ningúno de los que estén metidos "en el meollo".

Por cierto... y siento decepcionarte, en muchas otras publicaciones hasta se alegran que Francia se haya desmarcado de la línea norteamericana en el "método para hacer las cosas". Hay que darse por ahi una vuelta, el mundo no solo es EUA y España...

Ojalá pudiera leer ruso, y árabe y todos los idiomas del planeta para poder decir "TODOS" y "el resto del mundo", pero mi capacidad no llega a tanto.

Besos.

I
iacov_5697767
10/4/03 a las 15:27

Cronica de robert fisk. the independent.
ROBERT FISK ENVIADO ESPECIAL THE INDEPENDENT

Bagdad, 9 de abril. Los estadunidenses "liberaron" Bagdad este
miércoles, destruyeron el centro del poder dictatorial que
Saddam Hussein ejerció durante un cuarto de siglo, pero
trajeron detrás un ejército de saqueadores que desató sobre
esta antigua ciudad un reinado de pillaje y anarquía. Fue un
día que comenzó con bombardeos y ataques aéreos, con hospitales
inundados en sangre, y terminó con la destrucción ritual de las
estatuas del dictador.

Las hordas rugieron con deleite. Hombres que durante 25 años se
postraron humildemente para obedecer hasta los más ínfimos
policías secretos de Saddam se tranformaron en gigantes que
vociferaban su odio hacia el líder iraquí cuando las inmensas y
monstruosas estatuas se venían por tierra con estruendo.

"Es el comienzo de nuestra nueva libertad", me gritó un tendero
iraquí. Luego se detuvo y preguntó: "Pero ahora, ¿qué es lo que
quieren de nosotros los estadunidenses?".

El gran poeta libanés Gibran Jalil escribió una vez que
compadecía a la nación que daba la bienvenida a sus tiranos con
fanfarrias y los despedía luego con abucheos de escarnio. Y los
pobladores de Bagdad practicaron este mismo ritual mortal este
miércoles, olvidándose de que ellos -o sus padres- se
comportaron de idéntica forma cuando el Partido Arabe
Socialista Baaz destruyó la anterior dictadura iraquí,
integrada por generales y príncipes. Y olvidando también que
los "libertadores" son una nueva y omnipotente fuerza
extranjera de ocupación, que no tiene en común con Irak una
cultura ni un idioma, ni una raza ni una religión.

A medida que miles de musulmanes chiítas pobres llegados de los
barrios miserables de la Ciudad Saddam avanzaban hacia las
tiendas, oficinas y ministerios gubernamentales del centro de
la capital, arrasando todo a su paso -versión épica de la orgía
de saqueo y destrucción generalizada que los británicos
hicieron muy poco por evitar en Basora-, los marines
estadunidenses se limitaban a observar, a unos cientos de
metros, cómo los saqueadores robaban autos, alfombras, ahorros
escondidos, computadoras, escritorios, sofás e incluso marcos
de puertas.

En la plaza Al-Fardus (Paraíso), los marines ayudaban a una
multitud de jóvenes a derribar una adusta y enorme estatua de
Saddam, atándola a un vehículo blindado. La estatua se
desprendió amenazadoramente de su pedestal y quedó colgando
horizontalmente, con el brazo derecho todavía levantado en
fraternal saludo al pueblo iraquí.

Fue un momento simbólico por más de un motivo. Yo me encontraba
detrás del primer hombre que tomó una hacha y se puso a
destruir a golpes el imponente pedestal de mármol gris. En unos
segundos el mármol se desprendió y puso al descubierto un
cimiento de ladrillos baratos y cemento ya muy cuarteado. De
eso sospecharon siempre los estadunidenses que estaba hecho el
régimen de Saddam, aunque hicieron todo lo posible, a finales
de los años setenta y principios de los ochenta, para armarlo,
ayudar a su economía y ofrecerle apoyo político; para
convertirlo, en fin, en el dictador que llegó a ser.

En cierto sentido, pues, Estados Unidos, al ocupar la capital
de una nación árabe por primera vez en su historia, estaba
ayudando a destruir lo que tanto tiempo y dinero le costó
crear. Saddam fue "nuestro" hombre y este miércoles "lo
aniquilamos", al menos de manera metafórica. De ahí la
importancia de esa muchedumbre destructora de monumentos, de
todo el saqueo y el robo.

Pero del verdadero, y algo menos imponente, Saddam, no había
rastro.

Ni él ni sus hijos Uday y Qusay habían sido encontrados.
¿Huyeron al norte para ocultarse en alguna fortaleza construida
en Tikrit, su ciudad de origen? ¿Estaban ocultos en alguna
telaraña de túneles y búnkers subterráneos bajo los palacios
presidenciales? Cierto, su régimen se ha terminado. Las cámaras
de tortura y las prisiones ahora serán tranformadas en
mausoleos, y la verdadera historia sobre el uso de gases
tóxicos en la guerra quedará revelada al fin. Pero la historia
sugiere otra cosa. Por lo general las prisiones pasan a manos
de una nueva administración, con todo y cámaras de tortura, y
¿quién querría que el mundo sepa lo fácil que es construir
armas de destrucción masiva?

Habrá que abrir fosas comunes, aunque en Medio Oriente estas
exhumaciones generalmente sólo se hacen para meter más
cadáveres.

Nada de esto quiere decir que la pesadilla haya terminado por
completo. Porque a pesar de que los estadunidenses marcarán
este miércoles como el primer día de la ocupación -claro que
ellos la llaman "liberación"-, áreas muy amplias de Bagdad aún
permanecían por la noche fuera del control estadunidense. Y al
anochecer, antes que la oscuridad acabara de posarse sobre esta
tierra, atravesé el frente estadunidense para llegar a ese
jirón del régimen de Saddam que se mantenía intacto dentro de
la inmensa y plana ciudad de Bagdad. Circulando por las calles
grises y vacías de autos, me dirigí a los grandes puentes sobre
el Tigris que los estadunidenses aún no han cruzado para llegar
al oeste de la ciudad. Y ahí, en la esquina de la calle Bab al
Moazzam, había un pequeño grupo de combatientes mujaidines
disparando sus rifles Kalashnikov contra los tanques
estadunidenses al otro lado del río. Un gesto a la vez
valiente, profundamente patético y dolorosamente instructivo.

Y es que los hombres resultaron ser árabes de Argelia,
Marruecos, Siria, Jordania y Palestina. No había un solo iraquí
entre ellos. Todos los milicianos de la Guardia Republicana del
partido Baaz, los sucios espías de la inteligencia iraquí, los
así llamados fedayines de Saddam, habían dejado sus puestos y
huido discretamente a sus casas. Sólo los árabes extranjeros,
como hicieron los franceses de la división nazi Carlomagno en
Berlín, en 1945, siguieron peleando. Al final, muchos iraquíes
desdeñaron a estos hombres, algunos de los cuales vinieron a
plantarse fuera del vestíbulo del hotel Palestina para rogar a
los periodistas que los ayudáramos a volver a su patria.

"Dejamos a nuestras esposas e hijos para venir a morir por esta
gente, y ahora nos dicen que nos vayamos", dijo uno. Pero en un
extremo del puente Bab-al-Moazzam otros seguían luchando la
noche del miércoles, y cuando me retiré de ese lugar pude
escuchar los jets estadunidenses acercándose desde el oeste. Y
mientras me alejaba a toda velocidad por esas calles vacías
pude escuchar el fuego de los tanques estadunidenses
abatiéndose sobre el lugar donde estaban.

Pero los tanques vienen en dos presentaciones: los que son
peligrosos y mortales y los que son "libertadores", desde los
cuales jóvenes de rostro bronceado sonríen a los iraquíes que
tienen la cortesía de saludarlos a su paso. Estos tanques traen
simpáticos nombres rotulados en sus cañones; nombres como
Rescate de gatitos, Testigo de la pesadilla (éste tenía una
calavera debajo) y Perla.

Siempre tiene que haber un primer soldado -ya sea de ocupación
o libertador- que encabeza la primera columna de un inmenso y
poderoso ejército. Me acerqué, pues, al cabo David Breeze,
originario de Michigan, del tercer batallón del cuarto
regimiento de infantería de marina. Hacía dos meses que no
hablaba con sus padres, así que llamé a su madre desde mi
teléfono satelital. Del otro lado del mundo, la señora Breeze
contestó el teléfono y le pasé el auricular a su hijo.

Esto es lo que el primer soldado en ingresar al centro de
Bagdad le dijo a su familia la tarde del miércoles. "Hola.
Estoy en Bagdad. Los llamé para decirles 'hola'. Los quiero
mucho. Estoy muy bien. Oigan, los quiero mucho. Esta guerra se
va a acabar en unos días. Los veré pronto."

Todos dicen que la guerra terminará pronto. Sin duda habrá una
fiesta de recibimiento para el cabo Breeze. Supongo que admiré
su inocencia a la vista de las realidades mortíferas que le
esperan a Estados Unidos en esta tierra cruel y peligrosa.

Porque mientras los tanques de los marines avanzaban imponentes
por la carretera, había hombres y mujeres que se limitaban a
mirarlos, ellas con la cabeza cubierta, ellos observándolos con
la más aguda atención, y que hablaban de su miedo al futuro y
de que Irak jamás podrá ser gobernado por extranjeros.

"Usted verá las celebraciones y vamos a estar contentos de que
Saddam se haya ido", me dijo uno. "Pero luego vamos a querer
librarnos de los estadunidenses y conservar nuestro petróleo, y
habrá resistencia; entonces nos van a llamar terroristas."

Tampoco los estadunidenses tenían aspecto de felices
"libertadores" Apuntaban con sus rifles a las calles y
ordenaban a gritos a los conductores que se detuvieran. Un
conductor que no lo hizo, un anciano que iba en un auto viejo,
recibió un disparo en la cabeza ante la mirada de dos
periodistas franceses.

Por supuesto, los estadunidenses pensaron que recibirían notas
favorables en la prensa si "liberaban" a los periodistas
extranjeros alojados en el hotel Palestina. Se tendieron sobre
el crecido pasto de la plaza más cercana a nuestro hotel y
fingían apuntar sus rifles a las azoteas mientras las cámaras
los filmaban. Luego hicieron ondear una enorme bandera de su
país desde uno de sus tanques y sonrieron a los periodistas,
ninguno de los cuales les recordó que apenas 24 horas antes su
ejército mató a dos periodistas occidentales con fuego de
tanques en este mismo hotel, y que además mintió al explicar el
crimen.

Pero fueron los saqueadores los que marcaron este día como algo
siniestro en vez de jubiloso. En Ciudad Saddam habían dado la
bienvenida a los estadunidenses con la V de la victoria, con
gritos de "Arriba Estados Unidos" y las fanfarrias
acostumbradas, pero se lanzaron hacia el centro de la ciudad
para una cita más importante. En el Ministerio de Economía se
robaron todos los expedientes sobre exportaciones e
importaciones iraquíes, contenidos en discos de computadora,
con todo y computadoras, refrigeradores, sillones y pinturas.
Cuando traté de entrar al edificio los saqueadores me
insultaron. A un reportero francés le robaron su dinero y su
cámara.

En las oficinas del Comité Olímpico, que había estado a cargo
de Uday Hussein, hicieron lo mismo. Un anciano salió del
edificio tambaleándose con un enorme retrato de Saddam, contra
el cual la emprendió a puñetazos. Otro hombre salió de las
oficinas trastabillando para sostener un enorme jarrón chino.

Cierto, esas instalaciones eran parte del régimen, pero muchos
en la multitud se fueron sobre las tiendas de muebles y los
despachos privados. Llegaron con camiones de redilas y carretas
jaladas por burros escuálidos y sucios para llevarse el botín.
Vi a un muchacho cargando una máquina de rayos X y a una mujer
robándose un sillón de dentista.

En el Ministerio del Petróleo, los saqueadores descubrieron la
limusina Mercedes Benz negra del ministro. Como no encontraton
las llaves destrozaron el vehículo, le arrancaron las puertas,
las llantas y los asientos, y dejaron sólo el chasís frente a
la gran entrada principal.

En el hotel Palestina destruyeron el retrato de Saddam que
colgaba en el lobby y le prendieron fuego a la imagen de ese
mismo miserable que colgaba en la recepción. Todos gritaban
Alahuakbar -Dios es el más grande-, con lo cual mandaban de
paso un mensaje a los marines que los observaban, si es que
lograban entenderlo.

Así pues, la noche del miércoles, mientras los proyectiles
lanzados desde los tanques aún retumbaban por la ciudad, Bagdad
se postraba a los pies de un nuevo amo. A lo largo de la
historia de la ciudad los amos han llegado y se han ido: los
abasíes, los umayades, los mongoles, los turcos, los británicos
y ahora los estadunidenses.

La embajada de Estados Unidos fue reabierta este miércoles y
sin duda muy pronto, una vez que los iraquíes aprendan a quién
tienen que obedecer ahora, el presidente George W. Bush vendrá
y habrá nuevos "amigos" de Estados Unidos con quienes empezar
una nueva relación con el mundo, nuevas fortunas económicas
para quienes los "liberaron" y, desde luego, nuevas relaciones
con Israel y hasta una auténtica embajada israelí en Bagdad,

Pero ganar una guerra es una cosa. Tener éxito en el proyecto
ideológico y económico que está detrás de toda esta guerra es
muy otra. La "verdadera" historia del dominio estadunidense
sobre el mundo árabe apenas comienza ahora.

The Independent

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