Barcelona- Los vecinos del barrio de la Zona Franca de Barcelona están en pie de guerra. En los últimos tiempos han detectado una creciente oleada de inseguridad, especialmente a ambos lados del paseo de la Zona Franca. Denuncian una situación que, a su juicio, es insostenible, por lo que reclaman medidas urgentes.
Las quejas de los vecinos se basan, esencialmente, en un incipiente tráfico de drogas, vandalismo, robos a pisos y coches y agresiones. Todo se aha agravado en los últimos cinco años.
La rehabilitación de la muy cercana zona de Can Tunis, uno de los tradicionales puntos negros del tráfico de drogas de Barcelona, provocó una movilización de la pequeña delincuencia que operaba en esas calles.
Una vecina, que es educadora social y que prefiere mantenerse en el anonimato, explicó a LA RAZÓN que no podemos quedarnos callados, tenemos que luchar para cambiar las cosas. Ha visto de todo. Vive en uno de los puntos más conflictivos, la plaza Sant Cristfol.
Cruz quemada
La misma persona denuncia que en esta plaza es habitual que, por las noches, se reúnan grupos de jóvenes para amenazar o agredir a los vecinos, traficar con drogas o practicar el botellón. Lo más grave es que hacen sus necesidades en la fachada de la parroquia situada en la misma plaza, e incluso quemaron su cruz hace tiempo, dijo.
Esta plaza no es el único punto de conflictividad. A unos metros, dos bloques de pisos de protección oficial, ocupados por ancianos y por gente joven, han sufrido diversos robos en los últimos meses. Ningún jubilado se atreve a salir solo de noche, porque temen que alguien les atraque, señaló otro vecino a este diario.
El tráfico de drogas inunda estas calles y esto está perjudicando a muchos adolescentes, que provienen de familias problemáticas. Esto deriva en un problema de bandas juveniles, con una creciente implicación de los polémicos Latin Kings.No obstante, la nueva delincuencia de la Zona Franca no tiene nacionalidad.
Los vecinos ya han presentado diversas denuncias a los Mossos DEsquadra, pero critican que el resultado de estas acciones ha sido nulo. Según los residentes en Zona Franca, la Policía Autonómica se limita a acumular las denuncias, pero no hace nada más, echamos de menos más vigilancia policial, de los Mossos y de la Guardia Urbana.
Por su parte, fuentes de los Mossos señalaron que el índice de delincuencia de esta zona no es alarmante ni mayor al de otras, aunque también aseguraron que tenemos en cuenta las denuncias.
Además de las quejas a la Policía, los vecinos también enviaron una carta a la sede del distrito de SantsMontjuïc, aunque aún no han obtenido respuesta.
Los particulares no son los únicos que sufren la delincuencia en el barrio. Un instituto e incluso el centro de educación especial Nostra Senyora de Montserrat también han sufrido altercados e incluso robos y conatos de agresión. Enfrente de esta escuela hay un solar que es otro de los focos más conflictivos. Es el lugar de los trapicheos de droga, de pandilleros, dijo otro vecino.
Por si fuera poco, también se están multiplicando los robos a coches aparcados. En una noche los pandilleros pueden fácilmente romper los cristales de tres o cuatro automóbiles y coger todo lo que hay dentro, denunciaron los vecinos.
Además, existe otro conflicto paralelo, en este caso por asuntos de tráfico de drogas. Es entre bandas pertenecientes a ambos lados del citado paseo de la Zona Franca. Las peleas e incluso reyertas son cada vez más habituales, según insisten los sufridos vecinos de la zona.