Las manifestaciones masivas tienen el valor que tienen, y punto.
Nadie en el mundo como Adolf Hitler organizó manifestaciones descomunales.
En España, Francisco Franco era especialista en convocar a multitudes que le glorificaban de forma apasionada.
Los sindicatos verticales y la Secretaría General del Movimiento contrataban autocares, regalaban almuerzos y meriendas, y presionaban a los manifestantes, obligaban a las empresas a dar un día libre a los trabajadores. Posteriormente se multiplicaba el número de manifestantes. En la plaza de Oriente caben máximo 200.000 personas. El Régimen decía que eran 1.000.000 los manifestantes.
Arturo Mas ha regalado NUESTRO dinero a los organizadores de la manifestación de la diada. Por eso debemos cuestionarla si no queremos perder el sentido de la realidad.
Vuestros padres, que con toda seguridad recuerdan el franquismo, saben muy bien el alcance real de las manifestaciones manipuladas, preguntadles.