De juegos sucios y campañas de boicot, a sección fija en cierto diario español referente de las esencias patrias, hasta vocingleros periodistas en medios audiovisuales, parece haberse abierto la caja de Pandora, contra todo el que tenga algo que ver con la fecha maldita y cercana, allá en el otoño de nuestras esperanzas.
¿Hay orden en las alturas de investigar a los políticos catalanes, hasta a los tenientes de alcalde para encontrarle taras a cual peor e inculparle ipso facto?
Ahora resultará que todos estamos manchados por la señal de Caín, que tenemos de lo peor en nuestras filas. Del cedazo no se escapa nadie porque ya hay un precedente en Castilla, allí donde la Santa Inquisición alcanzó su mayor grado de crueldad.
El caso es que no hay día sin caza de delincuente, no hay día sin escándalo y rasgamiento de vestiduras. El alcalde de no sé dónde en Tarragona, este que es pedófilo y el abuelete ex alcalde que aún enseña la minga a los muchachos.
¿Quién será el siguiente?