Cuando la semana pasada escuchamos a Rodríguez Zapatero, asegurar que no vamos a parar hasta detener a los culpables del atentado con coche bomba que costó la vida a los seis soldados del contingente español en el sur del Líbano, francamente no nos tronchamos de risa porque había muertos de por medio. El asesinato de nuestros 6 soldados quedará impune, porque el personaje de dibujos animados que tenemos por presidente nos ha cerrado las puertas a las únicas vías que podían ayudarnos de verdad a detener o neutralizar a los terroristas responsables, sean de Hezbola, agentes sirios o islamistas de cualquier clase. Porque todos esos gestos antiyankis y antisionistas, que tanto gustan a la rojeria al final pasan factura.
¿Qué Zapatero va a detener a alguien en el Líbano? El tío que no tiene redaños para enfrentarse aquí a nuestros terroristas, el tío que sale por patas de Irak, ¿dice que va a meterse en el Líbano a detener a quién?
Las potencias que tienen ejércitos de verdad en estos casos toman represalias. Mandan los F-18 a bombardear a los responsables, ya sean organizaciones o naciones. Se lo hemos visto hacer a EE.UU. en Libia, Somalia, Irán, Afganistán y a los israelitas en Túnez, Irak, Palestina y el mismo Líbano. O en su caso, al menos presionan, porque se han preocupado de tener fuerza para presionar, hasta que los responsables materiales se entregan, como sucedió con el caso del atentado de Lockerville.
Pero nosotros ¿que vamos a hacer? Pues mandarles, cual aguerridos marines, a la Audiencia Nacional. Lástima que le haya tocado el asunto a Marlaska y no a Garzón, que de seguro daba con la solución para el conflicto de Oriente Medio. ¿Qué otra solución podían esperar de Super Zapatero, el campeón de la Alianza de Civilizaciones? Por supuesto España carece de fuerza para tomar represalias mandando bombarderos contra alguna base terrorista y nuestra Legión ya no está para esos trotes. Lo suyo sería organizar una operación encubierta del CNI. Pero ¿que vamos a esperar de esos zoquetes que solo valen para espiar a los de casa, pero que son incapaces, cómo bien demostraron en los atentados del 11-M, de servir para algo cuando lo que está en juego es la seguridad nacional?.
El asesinato de nuestros 6 soldados quedará impune, porque el personaje de dibujos animados que tenemos por presidente nos ha cerrado las puertas a las únicas vías que podían ayudarnos de verdad a detener o neutralizar a los terroristas responsables, sean de Hezbola, agentes sirios o islamistas de cualquier clase. Porque todos esos gestos antiyankis y antisionistas, que tanto gustan a la rojeria al final pasan factura.
Y nos guste o disguste EE.UU. es la gran potencia occidental, y la única, junto a Israel, de la que podemos esperar ayuda en la zona, o en cualquier lugar contra el terrorismo islámico ¿O van a confiar en la Alianza de Civilizaciones con los palestinos que se están matando los unos a los otros, con Siria o con Irán?