Un interesante artículo de Enric Sopena en elplural.com:
28/07/2006
Rouco y Rajoy, juntos una vez más
El arzobispado de Madrid, contra la memoria histórica
El cardenal Rouco Varela ha vuelto a alinearse con el PP. La derecha eclesiástica, que es mayoritaria en el interior de la Iglesia católica española lo que no es una opinión, sino una evidencia-, ha arremetido contra el propósito de la izquierda gobernante de recuperar la memoria histórica
Noticias relacionadasEl ataque de Rouco El suplemento religioso Alfa y Omega, que edita el Arzobispado de Madrid y que publica cada jueves el diario ABC, ha desplegado su artillería histórica -echando mano de tipos como Pío Moa- para cargar contra la II República y para dulcificar de ese modo el golpe militar del general Franco y de sus conmilitones así como los cuarenta años de dictadura. El paralelismo entre Rouco y Rajoy evoca de nuevo los tiempos ominosos del nacionalcatolicismo. En la edición de hoy de elplural.com resumimos los argumentos de los historiadores favoritos de Rouco Varela.
La jerarquía católica aún no ha pedido perdón salvo algún intento de hace décadas que fue finalmente frustrado- por haber convertido la guerra de 1936-39 en Cruzada de Liberación Nacional. Los obispos saludando brazo en alto y llevando al Caudillo bajo palio no son ninguna invención: simbolizan la mezcla blasfema entre la cruz y la espada. No sólo no se han arrepentido los máximos responsables de la Iglesia de esa unión escandalosa -que impregnó la vida cotidiana de los españoles durante tantas décadas- sino que continúan anclados en aquel tenebroso pasado.
Los años cincuenta
Pío Moa sostiene en Alfa y Omega su perversa teoría de que los republicanos y los partidos de la izquierda no eran democráticos. El académico de la Historia Luis Suárez incluso elogia el franquismo y subraya de forma torticera que esa Guerra Civil permitió el paso a un Estado que lograría un desarrollo económico, jurídico e intelectual como España no había conocido. Cuando asevera que a partir de los años 50 hubo un amplio proceso de reconciliación, dando la sensación de que antiguos rencores se habían superado, simplemente omite la verdad. O, si se prefiere, miente.
Cristianismo y extrema derecha
Aquellos, por cierto, que me acusan, cuando escribo estas cosas, de atacar a la Iglesia católica, como ha hecho un panfleto reaccionario esta misma semana y como ciertos meapilas o determinados gentuzas repiten por doquier, mienten también. Los dogmas de la Iglesia no incluyen que yo sepa- que para ser católico o para respetar a quienes lo son o para seguir en lo posible el mensaje de Jesús de Nazaret se deba estar vinculado políticamente a la extrema derecha o, ni siquiera, a la derecha.
Católicos antifranquistas
Había en los años del general Franco católicos practicantes, como por ejemplo, Joaquín Ruiz Jiménez, que se opusieron a su régimen absolutista y cavernario. EL CIS según difundió precisamente ABC- retrata el perfil común de sectores medios de la sociedad española señalando que muchos ciudadanos y ciudadanas de este segmento son mayoritariamente católicos y votantes del PSOE. Hubo asimismo católicos convencidos en los Gobiernos republicanos: desde Niceto Alcalá Zamora primer presidente de la II República- a Miguel Maura. Católico era Raimon Carrasco i Formiguera, cofundador de Unió Democràtica de Catalunya, a quien fusiló Franco por catalanista. Católico era el presidente vasco José Antonio Aguirre.
Las enseñanzas de Jesús
Ian Gibson ha publicado una espléndida y completa biografía de Antonio Machado. Reproduzco este párrafo de Gibson sobre Machado, un republicano de toda la vida: Lo realmente original del mensaje de Cristo ya lo viene señalando desde hace años- es su insistencia en el amor fraternal. Y el amor fraternal es incompatible con el afán de aniquilar al prójimo, inherente al fascismo. Machado había declarado en 1934 () que el marxismo era la praxis política que a su juicio más se aproximaba a las enseñanzas de Jesús.
Caminante
Sucede que, a la vista de determinadas actitudes de los jerarcas católicos, conviene evocar, sin duda, a Machado el poeta sevillano, madrileño, soriano y barcelonés. Y, por supuesto, universal. Los herederos del fariseísmo se empeñan en obligar a que las personas de buena fe transiten por un único camino, el que ellos señalan. Pero por suerte sabemos que, en efecto, caminante no hay camino, se hace camino al andar. Hasta llegar a Colliure tras el obsceno camino del exilio, mientras las tropas del general Yagüe entraban en Barcelona al paso alegre de la paz. ¡Qué escarnio!