Yihad, término árabe que significa originariamente 'esfuerzos en el camino de Alá', siendo éste normalmente una lucha contra cualquier cosa que no sea buena y, por ende, una guerra santa. Tradicionalmente existen dos tipos de yihad para la mayoría del pueblo musulmán: el mayor (al-yihad al-akbar) y el menor (al-yihad al-asgar). El yihad mayor es también conocido como yihad al-nafs, y es entendido como una lucha interna, individual y espiritual, en contra del vicio, la pasión y la ignorancia.
El yihad menor se define con el significado de guerra santa en contra de las tierras y súbditos infieles (no musulmanes). Ambos tienen significado legal y doctrinal en cuanto son prescritos por el Corán y la tendencia principal musulmana de hadizs (dichos y acciones escritas atribuidas al profeta Mahoma a los que se concede una condición semejante a la revelación). La guerra santa es la única forma de guerra teóricamente permisible para el bloque más importante del islam. La ley musulmana ha dividido tradicionalmente el mundo en dar al-islam (morada del islam) y en dar al-harb (morada de guerra, es decir, no musulmana). Algunos hablan también de la dal al-sulh o al-ahd para referirse a los pueblos no musulmanes tributarios, amigos, del islam. Como el islam es la última, la más elevada y universal de las religiones, se cree que el mundo entero debe al menos someterse a su regla y ley, si no es a su fe. Hasta este momento, un yihad contra los no musulmanes es el deber de todo hombre musulmán, adulto y capacitado. De acuerdo con este punto de vista tradicional, los musulmanes que mueren en el yihad automáticamente se convierten en mártires de la fe y tienen prometido un lugar especial en el Paraíso.
Tradicionalmente, existían dos tipos de enemigos no musulmanes, el kafir (pagano) y los ahl al-kitab (los pueblos del libro). La expresión los pueblos del libro se refería originariamente sólo a judíos y cristianos, pero más adelante incluyó a otros grupos como los seguidores del zoroastrismo. Los pueblos del libro (es decir, la Biblia) sólo necesitarían someterse a la autoridad política de los musulmanes para evitar o poner final al yihad, y podrían conservar su fe de origen: su estatus, definido como dimmi (un no-musulmán protegido), es inferior al de un musulmán y deberían pagar el prescrito yizya (impuesto de capitación). En cuanto a los paganos, es decir aquellos que los musulmanes no reconocen como pueblo del libro, como los budistas y los hindúes, deben convertirse al islam o ser ejecutados. Esta drástica alternativa, sin embargo, fue raramente puesta en práctica.
No hay camino de vuelta para aquél que se ha convertido al islam ya sea esta persona un dimmi o un pagano ya que es una ofensa capital abandonar el islam, incluso para unirse a una religión de reconocida revelación divina. Sin embargo, habría medios para evitar la estricta ejecución de la ley.
El Yihad puede también ser defensivo con el propósito de proteger las tierras musulmanas de las incursiones de los no musulmanes, como por ejemplo, las cruzadas de los cristianos en Tierra Santa durante la edad media o la Reconquista española. Algunos eruditos musulmanes modernos han destacado el aspecto defensivo del yihad sobre los otros.
En contraste con los suníes, algunos grupos musulmanes como los imaníes y bohra-ismailíes shiíes tienen prohibido participar en un yihad ofensivo. Esto se debe a que para ambos grupos la única persona legítimamente capaz de conducir un yihad ofensivo es su imán, y está actualmente oculto (es decir, escondido e incomunicado hasta el final de los tiempos). A ambos grupos, sin embargo, se les permite participar en el yihad defensivo.
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