Hay hombres cuya cultura general es bastante particular, de modo que sólo entienden de escopetas, de copas de garrafa, de caza mayor y de sostenes de la talla 90 para arriba.Suelen tener un cierto encanto cinegético, no hay que negarlo, por ejemplo, te dicen con toda naturalidad: " Me gustan muchisimo los animales.Yo mismo soy bastante animal, la mayor parte del tiempo". y se quedan tan panchos, cuando no regurgitan un hueso. Tienen perros y una camiseta con el lema: "Todas unas perras, menos mi mamá",y se pasan los largos dias, al igual, que sus chuchos, cazando, comiendo, ladrando y matando insectos con el rabo ( pero, mientras no sean ladillas, bien va la cosa). Generalmente son hombres robustos, con grasa, que piensan que ir al gimnasio es cosa de afeminados, y exiben sus lorzas con orgullo: señal de que han comido mucho de esos animales que tanto les enternecian cuando estaban vivos. Aunque luego resulta que tambien tienen su parte sensible.Si se muere alguien cercano a ellos ( sólo una muerte es capaz de conmoverlos de veras, preferentemente si el finado termina hecho picadillo) cuentan que lo pasaron fatal en el velatorio. " Me acurruque en un rincón, en posición fecal. . ." explican al borde de las lágrimas. "¿fecal?", pregunta una, escamada. " Querras decir fetal,¿no?
y ellos van y contestan; " No, no, fecal, fecal. Quiero decir lo que he dicho, que las mujeres lo liais todo...".
Este tipo de hombre, tarde ó temprano, la acaba invitando a una a un concurso de tiro al plato. " Vamos, que yo pago la entrada. Son 10 euros por cabeza", dice guiñándote el ojo de forma tan aparatosa que parece que ha atrapado una mosca con el párpado y le esta dando lo suyo al pobre animalito. " ¿10 euros por cabeza?", le pregunta una sonriente. " ¡Estupendo, cariño! Pues tú, como no tienes cabeza, seguro que entras gratis.
Y es que una se confiesa que es una amante de los animales no racionales