El Partido Popular movilizó el pasado 19 de enero a sus afiliados de Madrid para que acudieran a la manifestación convocada para el sábado siguiente por las víctimas del terrorismo mediante una circular en la que se culpaba al Gobierno socialista de que los "asesinos etarras" salieran de la cárcel. El secretario de área de distritos del PP-Madrid, Ángel Garrido, hombre de confianza de la presidenta del partido, Esperanza Aguirre, dirigió a los presidentes de las agrupaciones de distrito de la capital una carta en la que les informaba sobre la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo que discurriría entre la Plaza de Cibeles y Sol.
Garrido señalaba en su misiva que "el motivo" de la manifestación no era "otro que expresar la protesta de la ciudadanía por las excarcelaciones de asesinos etarras, gracias al Código Penal que el Gobierno socialista aprobó y a su incapacidad actual para evitar su salida de las cárceles".
La inminente excarcelación del etarra Juan Ignacio de Juana Chaos tras 18 años de estancia en prisión por una condena de más de 2.995 años de cárcel por 25 asesinatos provocó la inmediata reacción de la Audiencia Nacional, que evitó que el preso saliera de la cárcel imputándole un nuevo delito por dos cartas del terrorista publicadas en el diario Gara.
De Juana Chaos podía salir en libertad tras estar preso 18 de los 30 años máximos de cumplimiento porque se benefició de las redenciones de penas que contemplaba el Código Penal franquista de 1973. El Gobierno socialista eliminó esas redenciones de penas en el Código Penal que aprobó en 1995. El PP modificó la Ley en 2002 para ampliar el periodo máximo de cumplimiento de 30 a 40 años para delitos de terrorismo. Esa modificación legal sólo afectaba a los terroristas que hubieran cometido atentados a partir de 2002.
Garrido interpretó erróneamente los efectos del Código Penal de 1995. En su carta a las agrupaciones de distrito recordaba también la "petición unánime de la militancia" de su partido: "Salir a la calle para expresar nuestro rechazo a las acciones del Gobierno socialista". Garrido finalizaba su misiva con la siguiente explicación: "Es por esto por lo que, siguiendo las indicaciones de nuestro Secretario General, te pido movilices al mayor número de personas del distrito que presides para que acudan a este acto a las 17.00 y contribuyamos con nuestra presencia a evitar que estas actitudes complacientes del Gobierno socialista se sigan produciendo".
El secretario general del PP-Madrid, Francisco Granados, declaró ayer: "Ni tenía conocimiento de la carta enviada por Garrido ni yo dí instrucciones en el sentido que él dice. Me limité a ordenar que se comunicase a los presidentes de PP en los distritos y en los municipios de la Comunidad que nuestro partido apoyaba la manifestación contra el terrorismo y en apoyo a las víctimas. Nada más". Este periódico intentó, sin éxito, conocer la opinión de Garrido.
El secretario general del PP-Madrid, Francisco Granado, tan sólo admitió que había ordenado movilizar a la militancia a través de mensajes telefónicos donde se les pedía que acudieran a la manifestación de las víctimas.
La manifestación del pasado sábado se caracterizó por un acoso de numerosos participantes en la marcha a los dirigentes socialistas que acudieron al acto, además de la agresión al ministro de Defensa, José Bono. Los gritos que más se oyeron pedían la dimisión de Gregorio Peces-Barba, comisionado del Gobierno para la ayuda a las víctimas del terrorismo; censuraban la ausencia del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y jaleaban al secretario general del PP, Ángel Acebes, y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, del PP.
Aguirre aseguró ayer que "si algún militante del PP está involucrado en una agresión física o verbal al ministro, se encontrará con un expediente disciplinario". Después de ese anuncio, añadió: "Lo que no se puede hacer de ninguna manera es condenar a unos señores porque salen en una foto cerca del ministro cuando él mismo dijo que se introdujo entre la multitud para parecer un ciudadano más. En la foto estábamos todos, porque el PP dijo que iba a apoyar esta manifestación desde el primer momento".
La presidenta de la Comunidad, que también preside el PP de Madrid, reiteró su condena a los hechos ocurridos el sábado, pero señaló que le gustaría mucho que "hubiera una condena equivalente, o al menos algún tipo de condena, de las innumerables agresiones que han sufrido los miembros del PP por parte de relevantes izquierdistas, como diría el señor Pérez Rubalcaba, singularmente los señores Piqué y Rato, que no pudieron asistir a la manifestación del 12-M en Barcelona porque se lo impidieron las agresiones de los participantes".
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que también acudió a la manifestación de las víctimas aunque no fue jaleado como sus compañeros de partido Aguirre y Acebes, señaló ayer: "No hay ningún tipo de justificación, ni explicación para lo ocurrido. Ningún tipo de participación en una conducta de violencia es compatible con la militancia en el PP". "En esa manifestación que iba contra los violentos se practicó la violencia, y esa es una actitud y comportamiento que no admite pretextos ni disculpas y no identifica de ninguna de las formas la razón por la que estuvimos allí. El PP ha manifestado siempre su condena ante este tipo de actos, cuando la violencia ha castigado al PP o contra otros injustamente como ocurrió el sábado pasado contra el ministro Bono", concluyó