Para el na%ionalismo lo único importante es su idolatrada nación. Las personas van mucho después del país, el idioma y las tradiciones inventadas.
Por eso, muchos ideólogos na%ionalistas han ofrecido Cataluña a las potencias hegemónicas del momento.
Jesús Laínz nos recuerda algunos episodios en un artículo imprescindible:
1 - Prat de la Riba:
Ofreciendo Cataluña a Francia en 1898: '''Hay una gran parte de productores catalanes que, hasta hoy, por interés personal, se mantenían al margen del movimiento nacionalista porque compensaban con los derechos de aduana los prejuicios que el desorden administrativo les causaba. () Una situación, un momento propicio de la política internacional europea, y la anexión será un hecho'''.
2 - El periódico 'La Nació Catalana':
Ofreció Cataluña a los alemanes: '''Con la esperanza de una Cataluña libre, aliemos el Pancatalanismo al Pangermanismo'''.
3 - El partido 'Nosaltres Sols':
Ofreció una alianza al nazi Goebbels, ya que '''Alemania es nuestra amiga por ser rival de Francia, tiranizadora de una parte de nuestro territorio nacional () Una Cataluña libre representaría para Alemania un paso definitivo en el desmoronamiento de Francia'''.
4 - ERC:
Propuso a Francia en 1938 un protectorado sobre Cataluña.
5 - Artur Mas:
Se ofreció para meter a Cataluña en la francofonía.
6 - Jordi Molins:
Ofreció en Tv3 el puerto de Barcelona a los submarinos nucleares chinos.
El na%ionalismo, al menos el catalán, no significa cariño a la tierra, sino todo lo contrario.
Como decía Gustave Thibon: 'el primer efecto de la idolatría es la ruina de la cosa idolatrada.'''
En este caso, la ruina de Cataluña.